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En Asia tienen la creencia de que las libélulas pertenecen a dos mundos: el terrenal y el celestial...

—¿Que tal Charlotte? — Cuestionó Raven, su hermana adoptiva, quien se encontraba recostada en la parte superior de una de las dos literas de la habitación mientras jugaba al Candy Crush — Es linda.

—No le gustan las chicas, Raven, te lo he dicho dos veces. Y a mi no me gusta ella— Se negó de inmediato mientras arrugaba su nariz — ¿Negro o rojo? — Preguntó al colocar dos suéteres frente a su cuerpo encontrándose completamente indecisa.

—El rojo dice que eres sexy y atrevida — Observó Emori, otra de sus hermanas adoptivas, quien estaba recostada sobre la parte superior de la otra litera con una laptop entre sus piernas.

—Pero el negro dice que eres una chica ruda e intimidante, y vas a trabajar en una tienda de tatuajes mientras intentas  pretender que tu piel está llena de tinta, así que creo que ese alejará a los curiosos—Observó Octavia, la mayor de ellas. Estaba haciendo el test de una de las revista a un lado de Emori.

—Supongo que voy por lo seguro— Decidió mientras se quitaba la camiseta azul que ahora estaba llena de pinturas y babas de Luca.

—Hablando de ir por lo seguro... Puedes ir con Niylah — sugirió Raven casualmente.

La habitación se quedó en silencio.

—Terminé con ella hace seis meses, Raven. No iré con Niylah, y mucho menos para que Jake te deje ir a una fiesta junto a tu estúpido novio.

—Vamos, Clarkie. Por favor — Le suplicó mientras hacía un puchero. La tatuadora rodó sus ojos.

—Iré — Terminó cediendo— pero definitivamente no con Niylah. Tendrás que buscar a alguien más.

—¿Qué tal Nathan? Es gay, se llevan bien y estoy segura de que se alejará de ti en cuanto vea la gran cantidad de chicos que habrá allí.

Nathan había sido el primer novio de Raven. Se separaron luego de una semana, pues él se había dado cuenta que le gustaban los chicos y Raven...a ella simplemente le gustaba otro chico. Aun así, luego de su fallido amorío, ambos se habían mantenido en contacto.

—Tendrás que hablar con él —Aceptó Clarke con un encogimiento de hombros. Rápidamente el suéter negro pasó por su cabeza, y con un suspiro se sentó frente al espejo del tocador. 

Raven dejó escapar un chillido.

—¡Eres la mejor hermana adoptiva del mundo, Clarkie!

—¡¿Qué hay de mí?! ¡Yo soy asombrosa! — Se indignó Octavia.

—Lo eres, pero cuando te pedí que me acompañaras te negaste y dijiste que preferías quedarte con Emori a hacer manualidades.

—Eso es porque soy su favorita —Presumió Emori acurrucándose con Octavia, una leve sonrisa decorando sus labios.

—En realidad es porque odio al novio de Raven...

—¡O!

Clarke rió desde su lugar mientras intentaba maquillarse para hacerse ver un poco más madura y profesional.

—¿Que vas a tatuar hoy, Clarkie? ¿Traseros o algo así? — Atacó Raven con su muy típica curiosidad.

—No lo sé — Respondió mirando a su distraída hermana adoptiva a través del reflejo del espejo. No parecía interesada del todo — Tengo un par de citas con unos hermanos que quieren los nombres de sus padres en las muñecas y una anciana que plantea tratuarse una mariposa en el pecho... Supongo que lo demás será una sorpresa.

LA TATUADORA DE LIBÉLULAS (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora