8

164 19 4
                                    

ADVERTENCIA: Contenido violento. Algunas partes pueden herir sensibilidades o susceptibilidades, simplemente pido su respeto.

***

"Ella era hermosa, pero no como esas chicas de las revistas. Ella era hermosa, por la forma en que pensaba. Era hermosa, por el brillo de sus ojos cuando hablaba de algo que amaba. Era hermosa, por su capacidad de hacer sonreír a otras personas, incluso si estaba triste. No, ella no era hermosa por algo tan temporal como su apariencia. Era hermosa, en lo profundo de su alma. "

-F. Scott Fitzgerald

Habían pasado once días desde que Lexa le había dicho que estaba enamorada de ella. Por supuesto, seguía sin responder sus mensajes. 

—Te estás comportando como una idiota, Lexa — Cada día, debido a su frustración, los mensajes se hacían mas bruscos—...Y como una cobarde también.

Era domingo, lo que significaba que su mano podía tener un descanso. También significaba, por supuesto, más tiempo para pensar en Lexa Woods.

—Si tanto quieres saber de ella deberías ir a su departamento— Sugirió Raven ya cansada del sufrimiento de su hermana.

Y la sola mención del departamento de Lexa le hizo recordar que había pasado exactamente un mes desde el día de la llamada.

Tal vez ahora tenía más razones para ir.

***

No tenía esperanzas de que Lexa le abriera, pero ya no podía perder nada más. Además, la pintora y ella tenían un trato. 

Subió hacia su piso dieciocho y buscó la puerta con la letra "D". Fue así como se encontró rápidamente frente al departamento de la pintora.

Le pareció gracioso que todas las puertas fueran blancas y estuvieran idénticamente talladas. Los fabricantes querían dar la impresión de que todos los hogares eran iguales, pero Clarke estaba segura de que ningún departamento se parecía al de Lexa, o al 18-B, o al 4-F, o al 15-C.

Estaba a punto de llamar a la puerta cuando escuchó unos gritos en el interior.

—¡PAGAME AHORA! — Exigía una desconocida voz masculina.

—¡YA LO HICE! — Lexa se oía furiosa.

—¡NO ME REFIERO A ESO!

—¡NO VOY A ACOSTARME CONTIGO, ROAN!

—¡PERO LO HACES CON TODOS!

Clarke se sobresaltó al escuchar el ruido de cristales rompiéndose, pasos apresurados que se hacían cada vez más audibles y luego el chirrido de la puerta al ser abierta con brusquedad.

Lo primero que vió fue el cuerpo de quien debía ser Roan, quien tenía el cabello largo, ondeado y un hilillo de sangre descendiéndole por la frente. Estaba claramente mareado.

Lo siguiente que pudo notar fue a Lexa Woods sujetándolo por el cuello de la camisa y empujándolo hacia el corredor.

Clarke Griffin jamás había visto a la pintora enojada. No hasta ese día.

Lexa hizo más presión en la camisa de Roan y lo obligó a mirarla fijamente. El hombre tembló de miedo. En ese instante Clarke supo que si la mirada cargada de odio fuese dirigida a ella posiblemente no viviría para contarlo.

—Das asco — Escupió, y finalmente lo empujó fuertemente a través del corredor.

Luego de esto el hombre solo corrió torpemente hacia el ascensor y presionó los botones al azar. No parecía importarle a donde iba...Él solo quería escapar de Lexa Woods.

LA TATUADORA DE LIBÉLULAS (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora