LA TATUADORA DE LIBÉLULAS (Clexa AU)

3

Tradicionalmente, la libélula se alza como un tótem que engloba dos procesos básicos: adaptabilidad y transformación.

— ¿Entonces Clarke y tú irán a una fiesta hoy?— Preguntó Abby a Raven mientras intentaba alimentar al pequeño Luca, quien sólo se divertía mientras escupía su comida por todos lados ensuciando la pequeña mesa para niños.

Era hora del desayuno y la gran familia estaba sentada alrededor de un pequeño comedor para seis en el que, de alguna manera, lograban comer once al mismo tiempo.

Clarke amaba esto. No solo el hecho de tener una familia, sino el de ser tan unidos como para nunca darse cuenta de lo incómodo que era aquello.

— Sí — Respondió  Raven con felicidad mientras se apresuraba a comer. Llegaría tarde a sus clases en la universidad si tardaba demasiado — O y Emori decidieron quedarse para hacer tontas manualidades.

—Increíbles manualidades — La corrigió Octavia desde el otro lado de la mesa.

— Lo que digas, pesada.

—Supongo que irás con Finn — Intuyó su madre.

—Así es — Afirmó con una sonrisa. Clarke lo odiaba, sentía que algo no estaba bien con él, pero si hacía a Raven feliz no le quedaba nada más que aceptarlo.

— ¿Y con quién irás tú, Clarke?

— Iré con Nathan. Nada especial — Respondió restándole importancia.

Abby suspiró. Confiaba en Raven, pero en Finn no tanto. El que Clarke la acompañara le daba mucha más tranquilidad.

—Pensé que irías con esa chica del restaurante, Clarkie — Murmuró Jake extrañado tras el periódico que leía.

Su corazón se detuvo y sintió las mejillas arder cuando sus ocho hermanos y Abby se giraron a mirarla con los ojos bien abiertos.

—¿Cómo sabes... de eso? — Tartamudeó.

—Estaba reunido con mi jefa en la mesa del fondo. Estoy seguro que no me viste. Estabas demasiado ocupada mirando ese cuadro de panda... y a esa chica.

—¡¿No pensabas contarme, Clarkie?! — Se escandalizó Raven colocando una mano en su pecho, mostrando así su indignación.

— Fue solo un almuerzo — Respondió apresuradamente — No fue nada importante.

O sí lo había sido, pero no planeaba aceptarlo.

— No parecía ser solo un almuerzo, Clarkie — Siguió su padre adoptivo. No podía verle el rostro, pero por el tono de su voz sabía que se estaba riendo de ella.

—¿Es guapa? — Logró preguntar Abby.

Aunque estaba avergonzada dio gracias por la actitud de sus padres. Años antes, cuando les había confesado su preferencia sexual, el ambiente de la casa se había mantenido tenso durante bastante tiempo, y ahora eran incluso capaces de bromear con ella.

Se sentía agradecida porque no todos corrían con la misma suerte.

—Bastante— Afirmó. No podía mentir — Deberías ver sus ojos. Son increíbles.

—Deberías traerla a casa — Sugirió Madi, su hermana biológica, dulcemente. No había curiosidad en ella como en sus padres y hermanos adoptivos, ni enojo como en Raven, solo el profundo deseo de ver a Clarke feliz.

—Solo almorzamos, Madi. No es para tanto.

—Yo creo que sí lo es. Incluso pagó por ti — Se metió Jake, que parecía más interesado en Lexa que la propia Clarke —... Además, no creo que la forma en la que te miraba es algo que deberías dejar pasar.