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*Nota: Creo que varios no leyeron el capítulo 4, recomiendo que lo hagan para que no pierdan el hilo de la historia*

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"Una libélula por cada muerte, y es que perderte no quiere decir que deje de quererte "

-Blue.

Clarke llamó a Lexa durante su hora de descanso, exactamente dos días después de esa noche.

No había querido hacerlo cuando Raven, Octavia y Emori estuvieran cerca, pues sabía que la pondrían estúpidamente nerviosa, y fue por eso que prefirió hablar con ella mientras comía su almuerzo recalentado en el deposito de Skaikru Tattoos.

Lexa contestó luego de dos tonos.

—Estudio de arte Woods, buenas tardes. ¿Puedo ayudarte en algo?

Se sorprendió al escucharla. Jamás la había tratado con tan falsa cortesía.

—¿Realmente estoy hablando con la chica que se desnuda frente a una desconocida sin pudor alguno?— Bromeó, y cualquiera que la hubiese mirado a los ojos en esos momentos se habría dado cuenta de que se estaba enamorando.

—¿Clarke?

En ese mismo instante descubrió que le gustaba hablar por teléfono con Lexa Woods, pues de esa forma podía notar el tono sorprendido de su voz y no sentirse extrañada por las expresiones siempre neutras de su rostro.

—Pensé que no me llamarías— En otro momento no le habría creído, pues era claro que Lexa se tenía bastante confianza en el arte de la seducción. En ese instante sin embargo, notó su sinceridad — Así que me alegra el doble que lo hicieras.

Una nerviosa e inevitable sonrisa se apoderó de los labios de Clarke.

—¿Realmente te alegra mi llamada, Lexa?— No podía creerlo.

Lexa era perfecta, y ella una simple tatuadora. ¿Por qué se alegraría al escuchar su voz?

—La verdad estaba tan desesperada por saber de ti que fui yo quien estuvo a punto de llamarte.

Y así era como Lexa Woods, sin esforzarse demasiado, hacía que su corazón palpitara dolorosamente.

—¿Por qué no lo hiciste?

—No me diste tu numero, Clarke.

—Pudiste llamar al estudio y preguntar por él.

Lexa hizo silencio, y se escuchó el sonido de la palma de su mano golpeando su frente.

—Lo siento. Estaba tan concentrada esperando frente al teléfono de mi estudio que olvidé que tú también trabajas en uno — Se burló de sí misma —...Por cierto, sólo por si no te has dado cuenta, te estaba esperando a ti.

—Por su puesto que me esperabas. Ibas a pedirme algo ¿no?

De inmediato se hizo silencio, y poco después se escucho una risita nerviosa.

—Tienes razón. Iba a hacerlo — Murmuró, pero daba la impresión de que no lo recordaba hasta ese momento.

—Y ¿Qué es? 

No se imaginaba que podía ser. Lexa era imposible de predecir.

—Necesito que seas mi modelo, Clark.

De no haber estado tan sorprendida ante su petición habría notado la peculiar forma en la que la joven pronunció su nombre, acentuando la "K" 

—¿A qué...? ¿A qué te refieres? — Pero ya lo sabía.

LA TATUADORA DE LIBÉLULAS (Clexa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora