Atrapada entre los muros

Capitulo 2 Layla Haloway

Me despierto gritando : todo fue un sueño. Mejor dicho, una pesadilla.
-¡Layla! ¡¿Estas bien?!- exclama mi madre al entrar a la habitación.
Lleva puesto su camisón de flores rosas y violetas. Su pelo esta despeinado y tiene ojeras en su rostro.
-Si, fue solo una pesadilla.Gracias.
-¿Necesitas algo?- me pregunta.
Suele preguntarme eso todas las mañanas.
-No, gracias- respondo.
- Estaré en mi habitación, sigue descansando-dice-Tienes que estar con energías para este día tan especial- comenta al salir de mi cuarto.
-Si, lo haré- contesto.
Hoy comienzo las clases en el instituto St.Sophia.
Cuando dirijo la mirada al reloj violeta ubicado en mi mesita de luz justo al lado de mi cama noto que son las 6:28 AM.
La verdad es que no tengo sueño ni ganas de seguir durmiendo.
Al levantarme de la cama agarro un jogging y una remera deportiva.Me ato unas zapatillas viejas y me dirijo al baño. Me lavo la cara y me cepillo como puedo los dientes, intentando no provocar mucho ruido. Aunque sé que probablemente me dejará salir, no tengo ganas de responder a todas las preguntas de mi madre. Me recojo el pelo sin peinarlo.Cuando llego a la cocina agarro lo primero que veo en la heladera y me dirijo hacia afuera.
Corro unas 4 cuadras hasta llegar a una plaza. Esta totalmente vacía.
Me siento en el borde de una fuente y comienzo a tomar un yogurt bebible que saque de la heladera.

Me llamo Layla Haloway. Tengo 17 años y en 1 mes me harán la operación para decidir a que ciudad iré según mi personalidad.Aquí dicen que no es bueno que haya gente con personalidades diferentes porque provocan peleas. Entiendo que mantiene la paz pero no es justo que nos separen de las personas que queremos. Que seamos diferentes no significa que no nos llevemos bien.

Vivo con mi madre en la ciudad de Portland, Estados Unidos. Mi padre murió en un accidente aéreo cuando yo tenía 5 años. Nos mudamos aquí hace una semana y hoy comienzo las clases en el instituto St.Sophia. La verdad es que no me iba muy bien en el otro colegio de Miami. No solo tenía malos promedios sino que tampoco tenía muchos amigos. Una chica llamada Jacinda y su amigo Louis eran los únicos que me hablaban. Pero me di cuenta de que comentaban cosas malas de mi a mis espaldas.
Espero que en este colegio no me pase lo mismo.