Capítulo 7

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1 mes después

-Kara, cariño ¿ya terminaste tu cena?- dijo Eliza mientras terminaba de lavar los platos y se giraba para ver a su hija, que se encontraba sentada en la mesa-Kara afirmó con la cabeza.

-Esta bien, puedes retirarte a tu cuarto-dijo con un suspiro.

La mujer observó a su hija irse, cuando la perdió de vista y escuchó la puerta del cuarto cerrarse, se dio media vuelta y sacó un vaso, el cual depositó de forma brusca sobre la mesa, luego fue en busca de una botella con su contenido bordó, lo sirvió y se lo tomo de una, largando el aire que contenía y soltando un gemido.

Los cuatros jóvenes ya estaban finalmente instalados en su casas, inclusive Kara, gracias a la intervención de Morgan, ya que alegaba que sería beneficioso para ambas volver a la rutina, a la normalidad.

Continuaron las visitas al psicólogo, a pesar de los chicos, no obstante la confianza en sus padres fue creciendo, comenzando a dudar, si lo que les habían dicho sobre ellos era cierto.

Mientras la relación de Mike, Imra y Barry con sus progenitores estaba mejorando, la de Kara con su madre estaba empeorando, al principio Eliza se mostraba muy feliz, porque por fin había recuperado a su hija y pensaba que toda su situación al fin mejoraría, pero la realidad fue otra, la joven que tenía frente a ella no era la pequeña que recordaba, esta era distante, callada y muy seria, ya no existía una relación entre ellas, se había roto y para empeorar las cosas la mujer volvió a retomar viejos hábitos.

Eliza continuó bebiendo, cuando la botella ya estaba por debajo de la mitad, escucho unos pasos a su espalda, que se acercaban, se giró para encontrarse con el semblante serio de la pelirubia, la cual se detuvo en el marco de la puerta.

-Por favor Kara, vete-dijo Eliza llevándose el pulgar y el índice al puente de su nariz, pero por respuesta obtuvo una negativa de parte de su hija.

-Kara, no alteres a mamá...¡vete a tu cuarto, ahora!-entonces estiró el brazo para tomar nuevamente la botella, pero esta se alejó unos centímetros, rozándola apenas con sus dedos, la mujer miró dubitativa la botella y el vaso casi vacío, volvió a intentar cogerla y con asombro vio, como esta se alejó.

-¡¿Pero qué carajo?!-Eliza se levantó bruscamente y se dirigió a la alacena, con la intención de buscar otra bebida, pero en cuanto abrió la puerta, está se volvió a cerrar- ja ¡¿esto es un chiste?!- Y fue ahí cuando volvió a percatarse de la presencia de su hija que seguía ahí, junto a la entrada, Kara volvió a negar con la cabeza.

-Tu...- y los ojos de Eliza se agrandaron-¡no, no es cierto!... ¡Te he dicho que te vayas!- cerró fuerte los ojos, respirando de forma irregular, apretó con más fuerza el vaso entre sus manos, nuevamente abrió sus ojos y miró con desprecio hacia su hija-tú no eres mi Kara...¿Qué te han hecho?... eres... ¡¡eres un monstruo!!- y sin pensarlo le arrojó el vaso, el cual se detuvo justo delante de la joven, para luego caer al piso y quebrarse en miles de pedazos, la pelirubia la miró asustada.

-Oh por dios-Eliza se llevó una mano a la boca-lo...lo siento hija, yo no...-pero antes de poder seguir hablando, Kara salió corriendo de ahí, abrió la puerta de su casa y huyó. La mujer trató de seguirla, pero solo logró dar dos pasos para luego chocar con la silla y caer al piso, todo le daba vueltas y no comprendía lo que acababa de suceder.

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POV Kara

Respiración agitada, latidos descompasados, temblor, ansiedad y el frio que golpeaba en mi rostro como si fueran millones de agujas, se me hacía cada vez más difícil seguir a este ritmo, los pulmones me estaban pidiendo a gritos que parara, pero mis piernas, calientes aún por el ejercicio, podían un poco más, hasta que finalmente, una piedra en el camino me hiso probar el duro asfalto y detuvo mi corrida, mis lágrimas hicieron su aparición, no es que me haya dolido el golpe, aunque mis rodillas, pera y manos ardían y ya podía sentir un líquido caliente deslizándose por mis piernas, pero era otro dolor, más profundo lo que desató el llanto... y de pronto una voz conocida.

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