Un pueblo, dos familias, dos chicas y una amistad, todo parecía normal hasta que nada resultó serlo.
Mi primera historia, vamos a ver como me va, gracias por leer.
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POV Lena
No sé si fue el poder de convencimiento de mi padre o el apellido Luthor o el hecho de que no podían separarnos, pero ahí estábamos los cuatro en el auto rumbo a nuestra casa, supongo que después de todo lo que vivió Kara y la clase de padres que tiene lograron que sintieran un poco de lástima y la dejaran venir con nosotros por esta noche.
Se la notaba cansada, así que le insistí para que apoyara su cabeza en mi regazo y durmiera un poco, al principio estaba un poco tensa, pero al acariciarle sus cabellos, comenzó a relajarse, pronto sus ojos se cerraron y pude sentir su lenta respiración.
Pocos minutos después llegamos, a pesar mio tuvimos que despertarla, mientras mi papá calentaba la comida mi madre, Kara y yo fuimos a mi habitación a preparar todo para que ella estuviera cómoda, le separamos un piyama y colocamos un colchón en el piso con varias frazadas, luego volvimos al comedor donde comimos, mis padres conversaban un poco pero Kara continuaba sin decir palabra, a pesar de las insistencias de mi madre y los chistes malos de mi padre.
Más tarde nos acompañaron a nuestro cuarto, mi mamá nos deseó las buenas noches dándonos un beso en la frente a cada una y luego se marcharon. Me costó dormir al principio, debo admitir, todo lo que había pasado ese día se repetía una y otra vez en mi cabeza y cuando finalmente el cansancio me estaba venciendo, unos movimientos del colchón que estaba a los pies de mi cama, hicieron que me pusiera en alerta, contuve la respiración y presté atención, parecía que Kara estaba teniendo una pesadilla, porque se removía mucho y gimoteaba.
-¿Kara?-no hubo respuesta, lo intenté de nuevo-Kara
Pero al ver que no funcionaba, decidí bajar, me acosté a su lado, pasé una mano por su cintura y la atraje hacia mi
-Shhh, tranquila-ella se dio vuelta y me abrazó, poco a poco se fue calmando, nuestras respiraciones y latidos se sincronizaron y finalmente pudimos conciliar el sueño, fue como si nos necesitáramos para poder dormir en paz.
