Capítulo 2

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Actualidad

-No podemos quedarnos acá, ahora que por fin somos libres- dijo el joven de pelo castaño oscuro y ojos verdes

-Tenemos que averiguar la verdad, yo no me creo eso de que nos abandonaron-dijo ahora una joven frente a él, de pelo también castaño y penetrantes ojos verdes

-Tiene razón, si ellos nos mintieron, significa que nos utilizaron-dijo otro joven, a su lado, de pelo castaño y ojos azules, apretando los puños-pero si es verdad... tiraremos todo esto abajo y nos iremos.

-¿Tu no vas a opinar verdad?- preguntó el chico de ojos verdes, mirando a una chica de pelo rubio y ojos azules como el cielo, pero por respuesta solo obtuvo un ligero levantamiento de hombros y los otros dos rieron por lo bajo.

-No podrán protegernos, ellos son más fuertes...¡Dios nos tuvieron encerrados por 5 años!-trató de razonar con ellos, pero fue inútil.

-Nosotros somos más fuertes, no necesitamos que nadie nos proteja-respondió el chico de ojos azules con altanería.

-Si permanecemos unidos no podrán hacernos daño, ya demostramos lo fuerte que somos-dijo la chica, acercándose y tomando la mano del chico a su lado, este la miró y se le formó una sonrisa en la comisura de los labios.

-Esta bien-dijo largando un fuerte suspiro y tomando la mano que la chica ahora le extendía.

Los tres giraron sus rostros y miraron a su otra amiga, que parecía mantenerse al margen de todo, el chico de ojos verdes le extendió la mano y esta sonrió mientras se acercaba para tomarla.

Los cuatros miraron al frente serios, ante ellos se podía ver el inmenso lago, las aguas comenzaron a agitarse y poco a poco se fueron elevando, los chicos comenzaron a caminar sobre el sendero que se había formado, a ambos lados podía verse las cortinas de agua siendo sostenidas por una fuerza invisible.

-Volvemos a casa- dijo Mike.

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12 años atrás

-Vamos Kara... tu puedes... eso, ven a mi- Lena no despegaba la vista de la pequeña Kara que continuaba acercándose a ella con pasos inestables pero muy segura de lo que quería.

-¡¡¡Muy bien Kara!!!- gritaron todos al unísono cuando, por fin, la pequeña de 1 año, llegó a los brazos de su amiga Lena.

Leonel y Lillian, estaban charlando con Eliza en el frente de su casa, mientras las pequeñas jugaban, todo parecía marchar muy bien, Jeremiah había vuelto y hasta consiguió un trabajo, Eliza continuaba yendo al grupo de ayuda y Kara estaba creciendo muy bien, dando sus primeros pasitos, ante la atenta mirada de su madre y los Luthor. En el pueblo las cosas también parecían retomar su antigua normalidad, en el transcurso del año pasado continuaron las muertes inexplicable de recién nacidos, a excepción de Kara y otros 3 niños que lograron superar con éxito la fiebre alta; la sombra de la muerte que se cernía sobre el pueblo desapareció abruptamente, así como apareció, sin dar explicaciones; los ciudadanos de Midnight City decidieron dejar en el olvido ese lúgubre año y retomar sus vidas como si nada hubiera pasado.

Todo marchaba como viento en popa, sin tener idea de lo que se avecinaba, la calma antes de la tempestad.

-Oh no que tarde es- dijo Eliza mirando la hora y luego dirigiéndose a sus vecinos- lo lamento debo irme.

-No hay problema, lo entendemos, nosotros también ya tenemos que volver a nuestra casa- respondió Lionel, ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora.

-Ven cariño, despídete de Kara que tenemos que irnos-dijo Lillian, mientras tomaba las manos de las niñas y le entregaba Kara a su madre-nos vemos pronto chiquita- y le dio un beso en la frente a la más pequeña.

Lena copió a su madre y se despidió también, haciendo un puchero con la boca, no queriendo alejarse de su amiga.

Los Luthor se tomaron de la mano y cruzaron la calle que los separaba de su casa, ante la escrupulosa mirada de Kara que comenzaba a comprender lo que sucedía, sus lágrimas no se hicieron esperar y su llanto comenzó, mientras estiraba sus bracitos hacia Lena

-Noooo, mamá, noooo!-gritaba Kara, mirando a su madre y luego señalando a Lena, dándole a entender lo que quería.

-No Kara, mamá se tiene ir, mañana la volverás a ver- respondió Eliza mientras ingresaba a su casa, ignorando por completo el llanto de la pequeña- ahora te dejo con papá mientras mamá se cambia- fue como echarle más leña al fuego, el grito de Kara fue aterrador y comenzó a llorar con más fuerza.

La puerta de la casa se cerró pero Lena aún podía escuchar el llanto de Kara, mientras se acercaba a su casa, sus lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas, su corazón se apretujó y por su cabeza solo pasaba un pensamiento, no abandonaría nunca más a Kara.



 Y acá empezamos con el embrollo de ir hacia atrás y hacia adelante, espero no marearme ni marearlos jajaja.Gracias por leer. 

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