Hallowen
—Oh Madara, ya lo he visto antes —dije sonriendo entre tanto veía como Madara se detenía unos segundos, antes de mirarme fijamente mientras dirigía sus labios al cordón de mi vestido y lo agarraba con sus dientes desatando la moña sin dejar de mirarme en ningún momento.
—Tu mente es bastante pervertida con un poco de alcohol —sonrió Madara mientras me daba un beso en el pecho—, yo estaba hablando de un lunar que me había aparecido a los diez años y entonces a la única a la que se lo había mostrado es a mi madre.
—Oh Madara-kun eres tan hermoso con lunar y sin lunar —afirmé mientras llevaba una mano a sus lacios cabellos mientras lo agarraba de estos con moderación haciendo que dejara parte de su garganta al ras de mis labios.
—Sakura
—Sakura-chan —salí de la ilusión mientras miraba a Naruto que estaba a mi lado agarrándome la mano mientras me miraba preocupado—. Sakura-chan tu pulso va muy rápido, te puede dar algo.
Antes sus palabras me sonroje mientras recordaba la ilusión, entonces baje mi rostro de modo que quede viendo el piso antes de recuperarme un poco.
—Creo que has recordado algo más —afirmó Sasuke, levante mi mirada y vi que este tenía una sonrisa maliciosa.
— ¡Vete al diablo Sasuke-kun! —dije mientras soltaba mi mano de la de Naruto antes de darle un golpecito en el pecho y sonreírle—. Estoy bien Naru —dije mientras miraba a Sasuke—. Llévame a la empresa.
—Mph —este camino hacia la planta baja mientras Naruto se quedaba allí como pasmado.
— ¿Sucede algo? —le pregunte antes de ver que él estaba mirando la cama entre tanto su rostro comenzaba a quedar completamente rojo—. Deja de pensar en cosas así, baka —le dije mientras lo agarraba del brazo y lo sacaba de la habitación.
(...)
Tras media hora de estar viajando llegamos a la empresa.
Las puertas del ascensor se estaban por cerrar cuando cuatro personas entraron en el, una de esas mujeres le sonrió tímidamente a Sasuke quien la ignoro, entonces cambio su mirada a Naruto el que asintió amistosamente y cuando su mirada se topo con la mía me dio una mirada de autosuficiencia antes de ignórame. La mire curiosa antes de cambiar mi mirada y negar mientras recostaba mi cabeza contra la pared del ascensor.
— ¿Te enteraste?
— ¿Enterarme de qué?
—El subdirector desapareció —sus susurros se podían escuchar en ese estrecho espacio.
—Oh mí, es eso cierto, no es otra bobada tuya Opal.
—Lo digo enserio —dijo ese tal Opal mientras seguía susurrando.
—Acaso el subdirector desapareció por que se sintió muy avergonzado por la belleza de nuestra Amai.
—Oye no digas eso oppa —susurro la castaña que me había mirado con cara de diva.
—Pero no te pongas así Amai, si eres tan hermosa que cualquiera quedaría prendado de tu belleza —dijo otra mujer mientras la halagaba.
—Pfff —al sentir que la risa se me escapa comencé a toser y Naruto a mi lado me daba golpecitos en la espalda.
Tras quedar en silencio el ascensor vi que estábamos llegando al último piso.
— ¿Oigan, quien marco el último piso? —pregunto uno de ellos.
—Creo que Amai necesita llevar unos papeles al subdirector.
—Sí, eso es cierto unnie —respondió la castaña.
Sonreí mientras trataba de ver su cara de puercoespin cuando supiera que no iba a poder ver a mi Madara.
—Pero si esta desaparecido como le vas a dar los papeles.
—Oye, que dices, con nuestra hermosa Amai es seguro que el subdirector aparecerá de una.
—Pftt —al sentir las miradas de ellos en mi, levante la cabeza y les sonreí—. ¿Algún problema?
—Maleducada —susurro una mujer.
Te mostraría lo que es ser maleducada pero estoy apurada por ver a Madara, así que te salvaste. Pensé.
(...)
Con la desaparición de Madara había varios guardias de seguridad en la puerta de su oficina.
Habíamos tratado de pasar hacia la oficina pero los hombres y las mujeres que habían venido con nosotros en el ascensor no nos dieron lugar, apilándose y dejando que la tal "Amai" entrara, pero antes de que pudiera entrar los de seguridad la detuvieron, una carcajada resonó en todo el pasillo y todos me comenzaron a mirar por lo que me disculpe mientras caminaba hacia la sala de reuniones junto a Naruto, ya que Sasuke se quedaría esperando.
Al estar por entrar en la sala Naruto me aviso que iría al baño, por lo que entre en la sala y cerrar la puerta tras de mí y comencé a caminar hacia la silla que se suponía que pertenecía a Madara, pero entonces, al acercarme mas a ella, me encontré cara a cara con un gran gato negro.
—Gatito —susurre entretanto me ponía en cuclillas al lado de la silla mientras lo veía dormir.
Con mucho cuidado lleve una de mis manos a su brillante pelaje y entonces sus orejas se movieron y me miro con sus grandes ojos carmesí a lo me lleve una mano a la boca tapando la exclamación de sorpresa que quería salir de esta y es que el gatito es tan hermoso.
Un golpe en la puerta me hizo volver en sí, y antes de poder levantarme sentí ruidos por lo que con cuidado mire desde mi lugar hacia la puerta, viendo que era la tal Amai quien se encontraba de espaldas a mí, arreglándose el maquillaje.
Sonreí y con un chasquido de mis dedos las cortinas se cerraron, saque al gatito de la silla y lo deje sobre la mesa entretanto me sentaba en la silla viendo la sala a oscuras.
— ¿Quien anda ahí?
—Tu karma —dije mientras trataba de no reírme.
—Señor —dijo ella dejándome sorprendida. ¿Acaso cree que soy Madara? Pensé
—Mph —me mordí los labios mientras llevaba una de mis manos hacia el gatito.
—Señor Madara-san —susurro entonces mientras escuchaba sus pasos acercarse a donde estaba—, deme su mano que lo sacare rápidamente de aquí —toda sonrisa se esfumo de mi rostro mientras escuchaba como su voz había cambiado a dos timbres más bajo, sonaba como una jovencita colegiala—. Madara-san —volvió a susurrar.
Me estaba por levantar cuando algo húmedo me lamió los labios dejándome estupefacta, entonces con rigidez me levante de golpe con la mirada en la mesa sin ver nada.
Chasqueé los dedos para levantar las cortinas cuando un rostro apareció a unos centímetros de mi, esa persona grito mientras me empujaba hacia atrás por lo que cerré los ojos por inercia antes de sentir como caía sobre un cuerpo grande entre tanto una mano se enrosco en mi cintura y una voz ronca susurro contra mi oreja trayéndome un escalofrió que recorrió mi cuerpo de pies a cabeza.
—Ponme ropa —me sonroje mientras me imaginaba a Madara de traje y entonces sentí un beso en mi cuello—. Luego arreglamos las cuentas —volvió a susurrar él.
—Señor subdirector —dijo Amai mientras su mirada se enfocaba en el brazo de Madara en mi cintura, por lo que le sonreí con burla antes de agarrar la otra mano de Madara de forma que la puse sobre la palma de la mía, entrelace nuestros dedos y le di un beso a uno de sus dedos.
Al levantar mi mirada vi que ella se encontraba estupefacta mientras abría y cerraba la boca como queriendo decir algo.
Esa fue la primera vez que Madara se convirtió en alguien muy buscado, y claro, en gato.
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|Por Una Apuesta| Finalizada
Fanfiction¿Es malo querer que tus padres te noten? No lo sé, aunque supongo que sí. Pero qué hacer, cuando te sientes la oveja negra de la familia. Tengo una hermana, mejor dicho una melliza, ella se llama Rin y yo me llamo Sakura. Ambas tenemos 24 años, sol...