Capitulo 7

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Cuando Cath vio el nombre de Abel parpadear en su teléfono, pensó en un primer momento que se trataba de un mensaje, a pesar de que el teléfono estaba obviamente sonando.

Abel nunca la llamaba.

Se enviaban correos. Se enviaban mensajes, habían hablado por mensajes anoche. Pero realmente nunca hablaban a menos que fuera en persona.

—¿Hola? —respondió. Estaba esperando en su lugar afuera del Andrews Hall, el edificio de inglés. Realmente hacía demasiado frío para permanecer fuera, pero a veces Nick se aparecía aquí antes de la clase, y verían las asignaciones del otro o hablarían de la historia que estaban escribiendo juntos. (Se estaba convirtiendo en otra historia de amor; Nick era el que le estaba dando ese giro).

—¿Cath? —La voz de Abel era ronca y familiar.

—Hola —dijo, sintiéndose repentinamente caliente. Sorprendentemente. Tal vez había extrañado a Abel. Todavía estaba evitando a Wren (Cath ni siquiera había almorzado en Selleck desde que Wren se había emborrachado). Tal vez Cath solo extrañaba su hogar—. Oye. ¿Cómo estás?

—Estoy bien —dijo—. Te dije anoche que estaba bien.

—Bueno. Sí. Lo sé. Pero es diferente por teléfono.

Parecía sorprendido. —Eso es exactamente lo que dijo Katie.

—¿Quién es Katie?

—Katie es la razón por la que te estoy llamando. Ella es, como, todas las razones por las que te estoy llamando.

Cath ladeó la cabeza. —¿Qué?

—Cath, he conocido a alguien —dijo. Sólo así. Como si estuviera en alguna telenovela.

—¿Katie?

—Sí. Y es, um, me hizo darme cuenta de que… bueno, que lo que tú y yo tenemos no es real.

—¿A qué te refieres?

—Me refiero a nuestra relación, Cath, no es real. —¿Por qué seguía diciendo su nombre así?

—Por supuesto que es real. Abel. Hemos estado juntos por tres años.

—Bueno, algo así.

—No algo así —dijo Cath.

—Bueno… de todos modos —su voz sonó firme—, conocí a alguien más.

Cath se giró hacia el edificio y descansó la parte superior de su cabeza contra los ladrillos. —Katie.

—Y es más real —dijo—. Simplemente estamos… bien juntos, ¿sabes? Podemos hablar de todo, es una programadora, también. Obtuvo un treinta y cuatro en el ACT.

Cath obtuvo un treinta y dos.

—¿Estás rompiendo conmigo porque no soy suficientemente inteligente?

—Esto no es una ruptura. No es como que estemos realmente juntos.

—¿Eso es lo que le dijiste a Katie?

—Le dije que nos distanciamos.

—Sí —escupió Cath—. Porque la única vez que me llamas es para romper conmigo. —Pateó los ladrillos, e instantáneamente se arrepintió.

—Cierto. Como si tú me llamaras todo el tiempo.

—Lo haría si tú quisieras que lo hiciera —dijo ella.

—¿Lo harías?

Cath pateó la pared de nuevo. —Tal vez.

Abel suspiró. Sonaba más exasperado que cualquier otra cosa, más que triste o arrepentido. —No hemos estado realmente juntos desde el tercer año de instituto.

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