Capitulo 13

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Cath no estaba tratando de hacer nuevos amigos aquí.

En todo caso, ella estaba tratando activamente no hacer amigos, aunque por lo general no llegaba a ser grosera. (¿Retraída, tensa y algo misántropa? Sí. ¿Grosera? No.)

Pero todo el mundo a su alrededor —en sus clases y en los dormitorios—, en realidad estaban tratando de hacer amigos, y a veces ella también tendría que ser ruda para no ir con eso.

La vida en el campus era tan predecible, una rutina en capas sobre otra.

Viste a las mismas personas mientras te estas cepillando los dientes y un conjunto de las mismas personas en cada clase. Las mismas personas pasan todos los días por los pasillos… muy pronto les asentirías. Y entonces les dirías hola. Y finalmente iniciarías una conversación y solo te sentarías junto con ellas.

¿Se suponía que Cath dijera: "dejen de hablarme"? No es como si fuera Reagan.

Así es como terminó saliendo con T.J., Julian de Historia Americana, y Katie, una estudiante no tradicional con dos hijos, de Ciencias Políticas. Había una chica en su clase de Escritura de Ficción llamada Kendra, y ella y Cath estudiaban en la Unión durante una hora los martes y jueves por la mañana, así que tenía sentido que se sentaran en la misma mesa.

Ninguna de estas amistades se extendió a la vida personal de Cath. T.J. y Julian no la invitaban a fumar hierba con ellos, o a ir a jugar Batman: Arkham City en el PlayStation 3.

Nadie la invitó a salir o a fiestas (excepto Reagan y Levi que se sentían más como patrocinadores que amigos). Ni siquiera Nick, con quien Cath estaba escribiendo con regularidad ahora, dos veces a la semana.

Mientras que el calendario social de Wren estaba lleno, ella se sentía como que cada llamada a su hermana era una interrupción. Cath había pensado que estaba en el bar-tastrofe, pero Wren estaba actuando aún más irritable y alejada de lo que había estado al comienzo del año. Cuando Cath trataba de llamar, Wren estaba siempre de salida y no le diría a Cath a dónde iba. —No te necesito para que aparezcas con una bomba estomacal —decía Wren.

De alguna manera siempre había sido así.

Siempre había sido la social. La amistosa. La que era invitada a las fiestas de quince años y de cumpleaños. Pero antes, en la primaria y en la secundaria, todo el mundo sabía que si invitabas a Wren, Cath iría. Eran un paquete, incluso en los bailes. Había tres años de fotografías tomadas en cada bienvenida y baile, de Cath y Wren de pie con sus citas bajo un arco de globos o delante de una cortina brillante.

Eran un paquete y punto. Desde siempre.

Incluso habían ido a terapia juntas después de que su mamá se fuera. Lo que parecía extraño ahora que Cath lo pensaba. Sobre todo teniendo en cuenta lo diferente que habían reaccionado —Wren siendo extrovertida, Cath introvertida. (Violentamente, desesperadamente introvertida. Como un viaje al centro de la Tierra de introvertida.)

Su maestro de tercer grado —siempre estaban en la misma clase, a lo largo de la escuela primaria—, pensó que estarían molestas sobre los terroristas.

Debido a que su madre se fue el once de septiembre.

El once de septiembre.

(Cath todavía encontraba esto increíblemente vergonzoso; era como si su madre estuviera tan centrada en sí misma, que no podía ser de confianza sino para profanar una tragedia nacional con sus propios problemas.)

Cath y Wren habían sido enviadas a casa de la escuela temprano ese día y sus padres ya estaban luchando cuando llegaron allí. Su padre estaba molesto y su madre llorando…. Y Cath pensó al principio que era por el World Trade Center, la maestra les había hablado de los aviones. Pero eso no era, no exactamente…

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