Cuando La Hermandad Oscura le lanza un conjuro a todos los héroes de Karmaland la cosa no sale como esperaban y tendrán que buscar una solución antes de que se les vaya de las manos.
Sabemos que Chikitos se escribe "Chiquitos" pero bueno... <3
AU...
Las luces de la casa de Vegetta se encontraban apagadas y se podían oír las respiraciones tranquilas de los que dormían. Una puerta se abrió con cuidado dejando pasar a un grupo de gente a lo que se les conoce como "El Sistema".
Iban a paso lento con cuidado de no ser demasiado ruidosos y ser descubiertos ese era plan, pero, no el de todos...
El plan de Manolo era diferente: Llevarse a su hermano sin que se dieran cuenta y utilizar a su sobrino de rehén para que no lo siguieran y así de paso poder presentarle a su padre.
Llegaron a las escaleras y empezaron a subirlas cuidadosamente, sin conocimiento alguno de que uno de los niños seguía despierto... En cuanto llegaron al piso de arriba se dividieron en grupos quedando Manolo y Tonet en el mismo, yendo por suerte para el mayor, a la habitación dónde dormían los héroes chikitos.
Los héroes chikitos dormían profundamente y antes de que Tonet avisara por radio a sus compañeros de La Mafia Manolo le tapo la boca y le apunto con su pistola a la cabeza y dijo:
-Sobrino, sé que no entiendes pero necesito que hagas silencio y cojas al pelirrojo ese, ¿ok?
-No voy a traicionar a "El Sistema"- susurró Tonet.
-Lo tienes que hacer... Además te estoy apuntando así que haz lo que te digo o dispararé-amenazó el mayor.
- ¿Por qué haces esto? - dijo el chico con cascadas de lágrimas amenazando por salir de sus ojos.
- Es necesario, es por tu bien, ¿si? Ahora date prisa y llévate al pelirrojo que te dije antes. Es muy importante y tenemos que darnos prisa. No queremos que nos pille la mafia.
Tonet se acercó a Lolito y lo cargo con cuidado haciendo que el pequeño se moviera un poco pero no despertara. En ese momento Mangel, el cuál estaba despierto pero fingía no hacerlo hasta que vio que se llevaban a su amado, gritó:
- DEJADLO EN PAZ
Los dos adultos al oír eso se miraron entre ellos y Manolo ,aún apuntando a su sobrino, se acercó al niño y lo cargó en brazos, tapándole la boca.
- Genial - suspiró el pelinaranja mayor - Ahora me lo voy a tener que llevar también.
Los dos mayores salieron de la habitación en silencio y tras unos minutos se encontraron fuera de la casa donde se dirigieron al bosque y se pusieron caminar esperando que no los siguieran, Manolo por que no quería que mataran a su hermano y Tonet por que le daba miedo que su tío le disparara.
(...)
"El Sistema" había registrado todas las habitaciones en busca de los niños, menos una, la habitación donde supuestamente estaban Manolo y Tonet.
- ¿Por qué coño tardan tanto? - preguntó Nadando.
- Yo que se, deberíamos ir buscarles - sugirió Axozer mientras miraba hacia la puerta por la que habían entrado sus compañeros de mafia.
Todos entraron lentamente en la habitación con miedo de encontrarles muertos en el suelo. Al entrar suspiraron de alivio al no verlos muertos como imaginaban pero al ver que los habían traicionado llevándose a un par de niños y escapando Nadando gritó enfadado:
-¡Malditos! ¡Nos han traicionado!
Con ese grito los niños se despertaron y empezaron a llorar asustados haciendo que los adultos se despertaran preocupados. Al entrar vieron a "El Sistema" tratando de callar a los héroes chikitos sin éxito y a estos llorando y tratando de huir de los mayores.
Reborn, que siempre llevaba una pistola y su querida porra encima, los apuntó con la pistola mientras que los demás adultos empezaron a correr hacia la sala de armas. El Superintendente los miró enfadado y dijo amenazante:
-Bajad las armas mariconetis o os juro que disparare...
-Por favor...-rio Nadando- No nos das miedo viejo demacrado.
-¡Me da igual capullos! ¡Ahora bajad las putas armas!
Las armas que apuntaban a los niños se quedaron en su sitio y todos los mafiosos rieron burlones.
-¿De qué coño os reís?- preguntó Reborn enfadado.
De repente sintió un arma en su cabeza y una voz que decía:
-Baja tu el arma, ¿quieres?
El Superintendente sintió como él desconocido quitaba el seguro de su pistola por lo que bajo el arma y se giró para dársela al atacador. Reborn miró al atacante atónito, un joven de pelo negro y ojos amatistas al cuál conocía desde hace unas horas atrás, se encontraba frente a él.
-¿Vegetta?- preguntó él mayor sorprendido.
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