El supermercado y sus clientes

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-Oh, vaya hijo de puta_susurró JiMin al ver el piso_ Min pervertido Yoongi, es tu puta culpa que mi sofá y piso tengan café_

Suspiró con cansancio. Vaya, ahora tendría que lavar el desastre que había dejado. Café escurriendose por las hebras del sillón hasta llegar al piso, y ni hablar del caminito de líquido caliente hasta la puerta ¡Y por encima de todo el imbécil le había dejado el trabajo a él!

Caminó hasta la cocina, solo para llevarse la linda sorpresa de que estaba sin pañuelos para limpiar, ni tampoco ningún producto que le ayudase a limpiar el piso.

-Ahhh_exclamó frustrado_¿Qué hora es?_miró de reojo el reloj en la pared_ Las 10pm, mierda_

Se puso de pie y le hechó un vistazo a su billetera, una vez que hubo llegado nuevamente hasta el sillón. Sonrió para sus adentros al ver unos cuantos billetes, y no dudó mucho en tomar su chaqueta y correr hasta llegar al elevador.
Miró de reojo que Yoongi no estuviera en el mismo elevador que él, y al ver que este no estaba, entró y esperó hasta llegar a la recepción.

Salió corriendo hacia el supermercado, en el camino cerraba su chaqueta y pensaba en lo que tenía que comprar, y cuánto dinero traía. El frío le pegaba directo a la cara, pero, honestamente, no lo importaba.

Suspiró alivido cuando vio la gigante tienda delante suyo, y sin dudarlo entró sin mucho cuidado. Buscó con la mirada algún pasillo que tuviera pañuelos y algún jabón, lubricante para el piso, o realmente lo que fuera que le sirviera para quitar café.
Miró entre los productos mientras indicaba con su dedo las letras, tarareando una melodía y moviendo su pie derecho al ritmo de esta.

Cuando vió algó que pudo servirle, se agachó para tomarlo y ver mejor de que se trataba. Pero fue ahí, justo en ese momento, que toda la paciencia y respeto hacia la humanidad que le quedaba, se fue a la mierda.
Sintió como una mano se estrellaba contra su trasero y le dejaba un ardor en aquella zona, mientras que en su oído podía escuchar como alguien le susurraba:

-Vaya culito que tienes, cariño. Vente conmigo_

Oh vaya, y la diversión seguía.

-Que mierda, hombre_se giró a darle la cara_

Un hombre de unos 40 años, tal vez, con el cabello negro y una barba que parecía más larga que su propio cabello. Se le salía la gordura por abajo de la camiseta azul, y los pantalones le llegaban hasta los muslos.

-Te voy a enseñar qué es el verdadero placer. Mira tu culito, mi amor, eres toda una puta_

No le pegues, no le pegues, no le pegues, no le pegues, no le pegues, no le pegues... Se repetía JiMin una y otra vez.

"Primero: ¿Te conozco? Segundo: A ver, amigo, por tener un cuerpo hecho por los mismísimo angeles no significa que sea una puta, además; puedo llegar a un orgasmo solo, no creo que tú puedas hacerlo. Mírate, pareces que te alimentas de cerveza y tu aliento huele a cigarro ¿Acaso crees que puedes darme al menos un poco de placer? Mhm, no lo creo. Mejor anda con tu esposa y tus tres hijos, a ver si ellos consiguen que hagas un poco de ejercicio. Y corta esa barba, por dios. No conseguirás engañar a tu señora si tienes la barba de Papá Noel. Ahora, con permiso, tengo que irme ¿No crees que un jovencito tan lindo como yo no tiene cosas que hacer en la noche?"_ JiMin tuvo infinitas ganas de decirle todo eso a la cara, pero le dio demasiada vergüenza como para hacerlo_

Optó por darle una cachetada.

-¡Me las pagarás, pequeña puta!_dijo el señor cuando la guardia lo tiró fuera de la tienda, dejando así todas sus compras dentro de esta, sin poder llevarselas a casa_

-¡Pero que buen día!_Park sonrió sarcástico_

Y pensar que todavía tenía que limpiar el café del piso.

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viejos asquerosos

-mocoso desconocido ( ╹▽╹ )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora