¿Qué Demonios Es El Amor? © (Bayle #1) [En Proceso ✏️]

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La fiesta de bienvenida

Apenas entramos el sonido de la música nos aturdió por completo, apenas comenzaba la fiesta pero ya más de la mitad de la casa estaba llena.

—Vayan al patio trasero y siéntense en el borde de la piscina antes que lo ocupen, mientras, iré por las bebidas —Escuché a Kate decir a mis espaldas, asentí e hice lo que dijo.

Cameron me siguió sin dirigirme la palabra, parecía una sombra mientras caminaba atrás mío. Llegamos al lugar en el que nos acomodamos y decidí intentar iniciar una conversación.

—¿Cómo te iba en el otro instituto?, ¿tenías amigos?, ¿eras buen alumno? —Él se quedó mirando hacia la nada por unos segundos, asumí que de nuevo me ignoraría pero entonces contestó.

—En institutos como esos no existen los amigos —Fueron las únicas palabras que dijo y pude notar como se hacían más pequeñas las pupilas en sus ojos, algo que era fácil de ver ya que sus ojos eran de un ámbar bastante claro.

—Traje un poco de tequila para nosotros solos —Kate apareció con una sonrisa y una botella en la mano justo en aquel momento, Cameron apartó la mirada de nuevo y recibió el vaso que Kate le sirvió.

Aquellas palabras me hicieron pensar qué tal vez no me acerqué a él de la mejor forma, estaba exigiéndole explicaciones de algo que no me debía y ni siquiera sabía por lo que había pasado en estos años ni qué lo había traído aquí de nuevo. Darme cuenta de eso me hizo sentir como una tonta, y una egoísta.

Ahora era yo la que le debía una disculpa pero, al igual que él, era demasiado orgullosa como para hacerlo. Entonces pensé que sería más fácil si usaba lo que en un inicio utilizaríamos para hacer hablar a Cameron: el alcohol.

Comencé a tomar el vaso que me sirvió Kate y antes que pudiese notarlo iba ya en la tercera ronda. Mi resistencia al alcohol es nula, no importa si se trata de una cerveza o whiskey, en poco tiempo voy a estar haciendo el ridículo y vomitando en la ropa de alguien.

Por suerte aún estaba lo suficiente consciente como para recordar el plan original, con aquella confianza que me daba estar alcoholizada decidí comenzar a hacer preguntas irrelevantes a Cameron.

—No tienes novia, ¿cierto?, la última vez que hablé contigo eras todo un rompecorazones —Dije con un tono burlesco intentando molestarlo un poco, noté como sus mejillas estaban algo sonrojadas, prueba que ya estaba un poco afectado por el alcohol. Recordé que al igual que yo, su resistencia es nula.

—Sigues con eso. Jamás rompí el corazón de nadie, las chicas que estaban conmigo sabían en lo que se metían, no es un delito no querer nada con nadie —Respondió algo molesto pero al mismo tiempo me daba cierta gracia que su voz se mostrara arrastrada y sus gestos fuesen lentos, aquel quinto vaso le estaba afectando.

Aquella respuesta me hizo sentir aún más tonta que antes. Yo seguía con esa idea de querer buscar explicaciones en donde simplemente no las había. Aún así, era hora de hacer a lo que vinimos.

—¿Por qué dejaste de hablar con nosotras?, sé que es tu decisión y todo, pero siempre se me hizo extraño que tras más de diez años decidieras desaparecer —Preguntó Kate en un tono más amistoso y menos acusatorio que el mío. Cameron suspiró y pareció pensar su respuesta.

—Las personas cambian, las situaciones también. Me había mudado, estaba algo lejos. Tenía que adaptarme a mi nueva vida, e insisto: no hay nada que puedan reclamarme, soy libre de decidir a quien sacar de mi vida —Cameron estaba con un tono menos a la defensiva, cosa que me hizo notar que en verdad su intención no fue mala, fuimos nosotras quienes asumimos cosas que no eran—. Eric no dejaba de decirnos a mí y a mi hermano que debíamos "estar a la altura de la alta sociedad", al inicio me pareció una estupidez, pero al entrar a Beckham entendí la importancia de esas palabras —Continuó sin que nosotras dijésemos nada, al fin empezaba a soltarse y explicarlo todo.

—Joder Cam, no teníamos idea. Debió haber sido complicado sentir esa presión, y luego tenernos a nosotras insistiéndote. Lo siento en verdad —Kate se disculpó mientras apoyaba una mano en su hombro, él se giró al notar aquel gesto y le dirigió una sonrisa.

—No les dije nada, no tenían como saberlo. Además, mierda, tenía quince años, no entendía cómo funcionaba el mundo de los ricos hipócritas y mucho menos sabía cómo seguir con una amistad si tenía a mi familia sobre mí casi amenazándome por apartarlas —Su tono era melancólico y recuerdos parecían venir a su mente. Tenía ganas de meterme tres metros bajo tierra de la vergüenza que me hacía sentir el haberlo juzgado de tantas cosas durante tanto tiempo.

Nos quedamos en silencio por un rato hasta que Kate decidió ir a conseguirnos más bebidas. El silencio se volvió incómodo, era hora de que yo hablara pero no tenía idea de cómo organizar las palabras.

—Cameron... vaya, lamento haber sido una imbécil contigo. No había notado las formas en que actué mal todo este tiempo. Necesitabas apoyo y yo me alejé mientras tú la pasabas mal para luego echarte en cara que habías sido tú el culpable de todo —Mantenía mi mirada en el agua azul de la piscina que reflejaba el cielo nocturno. Disculparme me quitó un peso de encima, ahora sólo faltaba escuchar cómo él lo tomaría.

—Aceptaré tus disculpas con una condición —Lo miré sin entender a qué se refería, en su rostro una sonrisa ladina estaba formada, tenía la cabeza de lado y su cuerpo apoyado en una mano mientras con la otra aún sostenía el vaso —Tienes que besarme.

Casi me ahogo con mi propia bebida al escucharlo.

—Retiro lo dicho, sigues siendo un tonto —Reí mientras llevaba la poca bebida que aún me quedaba a mi boca. Él soltó una carcajada la cual poco a poco se convirtió en una sonrisa melancólica.

—Un tonto que se alejó de ti porque tenía miedo de lo que sentía —Rumoreó algo que no pude comprender, estuve a punto de preguntar qué había dicho pero Kate regresó justo en ese momento.

—¡Mierda Gale!, ¡no vas a creer lo que sucedió! —Tenía una sonrisa de oreja a oreja y gritaba llena de emoción mientras se acercaba a nosotros.

—Te escucho.

—Alaric venía con Teresa, la líder de las animadoras, ¿cierto? —Asentí y la miraba confundida mientras esperaba a que siguiera—. Estaban peleando en una de las habitaciones Gale, ¡peleando!. Casualmente pasé por allí y los escuché, Teresa salió echa una furia y cuando Alaric iba a salir me vio en la puerta, ¿y sabes qué hizo?, ¡me habló, Gale!. Suspiró y después me empezó a decir que ahora yo probablemente le contaría sobre eso a toda la escuela, le dije que no, se quedó en silencio y luego me comenzó a preguntar mi nombre, mi año, se quedó mirándome y me invitó a una fiesta que harán para inaugurar la temporada de partidos en el equipo, ¡A mí Gale!, ¡A mí! —Comenzó a gritar de emoción y seguía contándome los detalles de su encuentro con Alaric. Ninguna de las dos jamás había intercambiado palabra alguna con él, era una especie de logro y estaba demasiado feliz por ella.

Luego de ver el rostro de confusión en Cameron, Kate se encargó de explicarle quién era Alaric.

—Alaric Allen es el nuevo capitán del equipo de fútbol, todas las chicas se mueren por él y con mucha razón. Llevo desde segundo año babeando por poder si quiera hablarle y jamás esperé que de verdad sucediera —Seguía desbordando felicidad pero Cameron no parecía tan contento.

—¿Allen?, ¿el hermano de Olwen Allen? —Preguntó confundido y nosotras abrimos los ojos, estaba en lo correcto, era su hermano, pero me daba más curiosidad saber cómo lo conocía.

—¿Lo conoces?, ¡eso es genial!, ¡ahora tengo más posibilidades! —Kate seguía en su burbuja de amor por lo que no notó que el tono con el que Cameron nombraba a Olwen no era precisamente amistoso.

—Claro que lo conozco, es el idiota con el que compartía más clases en Beckham. Tu querido Olwen le rompió una pierna a un chico jugando fútbol y así fue como ganó la temporada pasada —Soltó con algo de asco y se sirvió la bebida que había traído Kate. Ambas nos miramos sorprendidas.

—Pues esperemos que Alaric no sea igual que su hermano, porque viene justo para acá —Señalé detrás de ellos vimos cómo el grupo del equipo venía clavándonos la mirada, y por mientras, todos los de la fiesta los miraban a ellos mientras rumoreaban.