Detención
—¡Gale!, ¡vamos tarde!.
Los gritos de Kate me despertaron, intenté sentarme pero el dolor de cabeza hizo que volviese a caer en la cama.
—¡Vamos!, ¡andando!, ¡arriba!.
Ella seguía insistiendo para sacarme de mi cama hasta que finalmente lo consiguió, teníamos la misma ropa que ayer y yo muy pocas ganas de cambiarme.
—¿Cuánto falta para la clase? —Pregunté una vez mi cabeza se conectó al mismo plano astral en que estaba Kate.
—¡Empezó hace veinte minutos Gale! —Mis ojos se abrieron de par en par y mi boca quedó abierta, fui lo más rápido que pude hacía mi celular para comprobar la hora, y, en efecto, era tardísimo.
No tuve tiempo para organizarme más allá de peinar un poco mi cabello y poner algo de bloqueador solar en mi rostro, Kate hizo lo mismo y pedimos un taxi para ir a la casa de Alaric; aún debíamos recuperar el auto de Kate.
Finalmente llegamos y nos sorprendió un poco ver la cantidad de estudiantes que estaban allí por lo mismo. Por suerte, no habíamos sido las únicas en dejar el auto allí.
—¡Allí está! —Dijo Kate una vez nos acercamos, sin embargo, alguien nos interrumpió antes de poder subirnos.
—¡Gale, Kate!, estaba esperando a que llegasen. Anoche no pude evitar ver que también dejaron el auto —Alaric se acercó a nosotras, llevaba su maleta indicando que iba a clase, pero en verdad me hubiese gustado saber por qué demonios iba veinte minutos tarde.
Kate bufó y lo ignoró, subió al asiento del conductor en el auto y lo encendió utilizando las llaves, no planeaba quedarme allí parada como tonta así que la imité y subí al asiento del copiloto, Alaric nos miró confuso pero no pudo decir nada, Kate arrancó antes que él pudiera dirigirnos la palabra.
Durante el camino preparé una gran cantidad de excusas para explicar qué hacía en clase media hora después, y una vez llegamos, me di cuenta que no fuimos las únicas en tardar tanto. Casi todo el instituto escapa aparcando su auto o corriendo a la entrada.
—Bueno, al menos no seremos las únicas —Comentó mi amiga bajando del auto, nos dirigimos juntas a la entrada y nos separamos para ir cada una a su clase.
—¡Una fiesta no es una excusa señor Patrick!, ¡la hubiesen realizado el fin de semana!, sea como fuese, no es mi problema, es el suyo. Lo veo en detención —Cuando entré escuché los gritos de la maestra regañando a un estudiante el cual asumí que como yo, había llegado tarde tras la fiesta.
Me escabullí entre los estudiantes que estaban de pie y caminé hacia uno de los asientos de atrás, por suerte, la maestra estaba lo suficientemente distraída riñendo a los demás alumnos como para notar mi ausencia, al igual que mi presencia.
Pasaron algunos minutos hasta que el orden regresó a la clase, todos los alumnos se sentaron y la maestra se paró en el medio del salón para comenzar con la lección.
Pasé mi mirada alrededor del salón, observé cada asiento sin encontrar ningún rostro conocido, o al menos así fue hasta que llegué al puesto de atrás al lado de la ventana, en donde siempre solía sentarse aquel malhumorado chico de cabello azabache. Para mi sorpresa, así como yo lo observé a él, él también tenía la mirada clavada en mí.
Después de unos segundos de observarlo, noté que se giraba para sacar algo de su maleta, tomó un cuaderno, arrancó una hoja y escribió algo en esta, luego, me mostró lo que en ella había escrito.
Si me sigues mirando comenzaré a pensar que te gusto.
Mi rostro se ruborizó al leer aquello y con mi boca modulé la palabra "tonto", él rió y eso hizo que la maestra centrara su atención en nosotros.
—Señor Bayle, ¿podría contarnos el chiste?, así nos reímos todos.
—No es nada profesora, solo algo que recordé.
—Pues parece que la plática que usted y la señorita Gates estaban teniendo era bastante interesante, podrán continuarla en detención.
Una mueca se formó en mi rostro y un suspiro escapó de mis labios, había logrado durante bastante tiempo mantener mi expediente perfecto, y ahora gracias a Cameron ese sueño de mantenerlo intacto se iba a acabar.
La maestra se quedó esperando mientras señalaba la puerta, el salón se quedó en un silencio sepulcral mientras Cameron y yo nos levantábamos de nuestro asiento con la mirada de la maestra sobre nosotros, caminamos hasta la entrada y todo el tiempo mantuve la mirada baja, al contrario de él, quien como siempre tenía una cara de "me vale tres gigas de verga".
Una vez salimos, escuché como una carcajada salía de la boca de Cameron.
—¿De qué te ríes?, ¡por tu culpa estamos aquí!.
—¿Por mi culpa?, fuiste tú la que se me quedó mirando.
—¡Eso es mentira!, tampoco es como si hubiese mucho que mirar —Lo molesté un poco antes de acelerar el paso para dejarlo atrás, finalmente, llegamos a la puerta que ponía el letrero de "detención".
—Damas primero —Lo escucho decir entre risas y respondo con un "qué caballeroso", una vez ambos entramos recibimos una mirada de los allí presentes, que en verdad eran tan solo unos cuatro estudiantes de primer año.
—Siéntense, no hagan ruido, apaguen sus celulares y no salgan antes de las doce —Fueron las primeras palabras que pronunció la maestra encargada de la detención, observé a Cameron y él solo se encogió de hombros, caminamos hasta uno de los asientos que estaban en la parte de atrás y nos quedamos allí en silencio.
Luego de un rato de quedarme mirando a la nada mientras suspiraba, sentí como un papel caía en mi hombro, y al girarme, me encontré a Cameron con una hoja con algo escrito, al igual que el momento en que nos castigaron, pero esta vez tenía escrito algo diferente.
Me aburro, ¿qué tal si nos escapamos?.
Lo miré confundida y con mi boca gesticulé un what?.
Estaba loco, ¿cómo esperaba que nos escapáramos si frente a nosotros estaba la maestra y todos los otros alumnos?.
Saqué un cuaderno de mi bolso y arranqué una hoja, de mi estuche tomé un bolígrafo y escribí algo para luego mostrárselo.
¿Y de qué forma planeas hacer eso, genio?.
Él rio y escribió al otro lado de la hoja de antes.
Tú solo observa.
Segundos después lo vi levantarse del asiento y abrí los ojos de par en par, no sabía qué iba a ser ni si terminaría bien, pero tampoco sabía cómo detenerlo.
—Disculpe, maestra, el director acaba de escribirme diciendo que debemos ir a su oficina —Me quedé confundida y sin saber muy bien si lo que decía era cierto, ni mucho menos de dónde sacaría las pruebas.
En aquel momento le mostró la pantalla del celular a la profesora y esta acomodó sus lentes para ver lo que sea que él le estuviese mostrando.
—Está bien, vayan, no tarden mucho.
Y así fue como Cameron con una sonrisa me hizo un gesto con la cabeza para que saliésemos de allí.
ESTÁS LEYENDO
¿Qué Demonios Es El Amor? © (Bayle #1) [En Proceso ✏️]
RomanceGale solía ser mejor amiga de Cameron. Los padres de Cameron se divorciaron y él no volvió a ser el mismo. Parece que su manera de llevar el duelo fue volverse el típico imbécil rompecorazones del instituto. En su último año una serie de eventos ha...