10.Tarde

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Esta era la peor tarde de su vida.
Todo estaba completamente mal.

Mike miraba la ventana sintiendo las lágrimas caer por sus mejillas, aunque escuchaba música alegre y dulce como "Queriendo sin Querer" de Ale Aguirre o "Afecto Rebote" de Piter G, no lograba sentir alivio en su alma y en su mente el eco repetía ¿Por qué él debía ser así?

Era ese día por la mañana, se iba a reunir con Javier como cada fin de semana, no sentía ganas de ocultar la alegría que sentía correr por sus venas, la sentía porque hoy por fin encontró el valor para poder corresponder los sentimientos del contrario.

A medida que pasaba el tiempo se sentía más nervioso, sentía su nariz fría y sus manos temblar, pero sin importar eso, se dispuso a hablar, su intento fue interrumpido por el sonido de una llamada, era su madre.

Tras una horrible charla con ella, Miguel miró al contrario sin el brillo de su mirar y le sonrió levemente.

Javier lo abrazó y le dijo que todo iba a estar bien.
Miguel dijo que nada iba a estar bien.

- No puedes vivir así siempre- Habló Javier- por favor estrellita sólo dime qué sientes, todo se puede arreglar.

Los latidos del corazón del castaño se aceleraban, sentía rabia y frustración.

- ¿Y tú que sabes? - Habló Mike - ha pasado mucho tiempo y sin embargo nada cambia ¿Quién debe cambiar? ¿Quién es el error en la ecuación? ¿Me lo puedes decir? ¡Dime! ¡Dime! Javier ¡Dime!

Javier permaneció en silencio.

- ¡Dime! - Gritó una vez más el castaño.

- ¡¿Qué quieres que te diga?! - Javier había perdido los estribos - ¡No sé nada y todo es mi culpa!

Ambos con su respiración agitada desviaron la mirada y tomaron rutas diferentes.

Miguel al llegar se sentó en la puerta de su casa, se puso los audífonos en busca de paz y al no encontrarla comenzó a llorar.

Ya llevaba así un par de horas hasta que sintió que le llegó una llamada.

- Abre la puerta estrellita- se escuchó del otro lado de la línea.

Miguel de inmediato se levantó y la abrió, dejando entrar al chico.

Javier miró al castaño con los ojos hinchados y con un dolor asfixiante en el pecho lo abrazó.

Miguel de inmediato no pudo contenerse más.

- Odio sentirme así Javier- las lagrimas del castaño caían sobre la ropa del contrario- odio siempre estar enojado conmigo.
Odio sentir que todo es mi culpa, odio cada día que pasa, me odio Javier, odio tanto ser yo, odio pensar en mis problemas, odio pensar que soy caprichoso por decirtelos, odio tener que sentirme así, odio intentar cambiar para mejor y sin embrago ver que nada mejoró, odio saber que mis padres nunca van a cambiar, odio tener siempre que guardar todo para mí y cuando quiero hablar no hay nadie, odio sentirme solo- la respiración de Mike se volvía más agitada- Javier me odio tanto.

- Lo sé, también me odio - Javier retenia sus lágrimas para poder calmar al contrario - Odio que mis padres me traten como basura a veces, odio que se justifiquen diciendo que lo hacen para hacerme más fuerte, odio escucharlos disculparse y decir que no volverá a pasar y siempre pase otra vez, odio haberte dañado y por eso no me tengas la suficiente confianza como para que me puedas decir lo qie te agobia, odio tantas cosas y sin embargo trato de cambiar para poder hacerte sentir mejor Miguel.

Esa tarde ambos chicos desahogaron sus penas con el otro y por fin, despues de mucho, se sintieron en paz.

Que más da... "Mis 17" [Mikellino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora