De ningún modo creo en las casualidades. Yo construyo mi destino en base a las decisiones que tomo, no muy buenas la mayoría del tiempo pero estoy consciente de ello. Era una tarde cualquiera, el lugar equivocado a la hora equivocada y claro, tenía que ser lunes, yo odio los lunes. Estaba atrapada en el tráfico a la hora en que los niños de toda la ciudad salen de la escuela, lamentablemente la misma hora a la que yo salgo también.
Subí el volumen cuando escuche que comenzaba "Crazy" de Aerosmith. Era un día soleado y yo saqué un poco mi mano por la ventana para sentir el aire fresco. Amaba este tiempo sola conmigo misma mientras conducía, yo no podía estar más tranquila que esto.
Avanzó un poco el tráfico y vi mi salida a lo lejos, intenté cambiarme de carril cuando el automóvil a un lado del mío avanzó dejándome completamente en medio de ambos carriles. Toqué la bocina de mi carro y le grité.
- ¡Idiota!
Tenía una personalidad un poco explosiva y no me medía la mayoría del tiempo. También era muy enojona, todas esas cosas me hacían una pésima conductora.
El conductor del automóvil gris se bajó un poco los lentes oscuros y me dio una sonrisa engreída. Imité su actitud. Me quité mis lentes oscuros, le sonreí engreidamente y le mostré el dedo medio. "Una grosería de lo peor" hubiera dicho mi madre, pero ella no estaba aquí.
Después de eso mantuve mi vista al frente, el molesto auto gris avanzó y me metí tras de él. Me molestaba ir detrás de ese idiota pero pronto apareció mi salida y me alejé de ese tráfico espantoso con sus conductores groseros.
Quince minutos después ya estaba en mi casa, vivía relativamente cerca de la universidad pero el tráfico siempre me hacía tardar más. Entré en la cochera y salí de mi auto. Mi regalo de cumpleaños número dieciocho.
Mi casa tenía una entrada principal pero yo siempre entraba por la cochera, al fin que aquí estaba sola, siempre estoy sola. En la mesa de la cocina encontré una bolsa de plástico y una nota. "Te compré comida. Papá"
Era sushi, mi favorito, me comí la mitad y un vaso de agua mientras analizaba mi grande, fría y hermosa casa. Mis padres tenían un negocio propio, una firma de abogados donde trabajaba la mayoría de mi familia. Por ese motivo pasaban el tiempo en la ocupada vida profesional. Sus socios eran mi tío Fernando, su esposa Diana y mi otro tío George.
La historia de mis padres es breve, se conocieron cuando estudiaban juntos, se enamoraron, trabajaron, se casaron y tuvieron hijos para después volver otra vez a su trabajo. Después de algunos años nació la firma, para así trabajar todos juntos, crear un patrimonio y pasar más tiempo en casa con los hijos. Esto último no pasó tan bien como fue planeado.
Tengo un hermano llamado William, es el mayor y un dolor de cabeza. Mis tíos Fernando y Diana tienen dos hijos mi prima Natasha que es de mi edad y Anthony de la edad de Will. Mi tío George es el más joven de todos ahí y es un soltero sin remedio, pero tuvo un hijo de veintiún años. Se llama Joseph y es mi adoración.
Además de nosotros están mis abuelos y no hay más parientes cerca. Si no fuera por mis salidas con Joseph y Natasha yo no sabría lo que es pasar tiempo en familia. Cuando estamos todos juntos es en navidad, año nuevo y quizá algún cumpleaños.
- Alexandra cariño ¿Te vas a quedar ahí todo el día?
- Papá, no te escuché entrar.
- Iremos a cenar con unos viejos amigos, vine a dejar el carro cariño ¿Podrías dejarme en casa del tío George?
- Claro.
Salimos de casa y dejé a mi padre en casa de mi tío con una breve despedida como siempre.
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Las personas vacías no aman
Teen FictionA través de una serie de experiencias nuevas Alex decide que quiere vivir al límite, quiere comerse el mundo pero no cuenta con que descubrirá la oscuridad en la que vive y los fantasmas con los que carga, cayendo así en situaciones peligrosas y rom...