Ese día Zedd me acompañó a casa y se quedó conmigo, decidimos acostarnos en la sala y ver una película. Estábamos en un silencio pero era un silencio cómodo. Me abrazaba de una manera que no significaba mucho pero tampoco nada. Confuso, lo sé.
- ¿Estás bien?
- Si, sólo muchas cosas para digerir. Si quieres puedes irte a descansar a tu casa.
- No, me gusta estar aquí contigo. Sonará ñoño pero me gusta apoyarte en los momentos difíciles y estar contigo en los felices, como en tu graduación.
Sonreí.
- La pasamos muy bien.
En todo este tiempo Zedd se había ganado mi confianza y cariño, al inicio lo trataba de lo peor por lo arrogante que fue aquella primera vez. Pero con el tiempo vas conociendo a las personas. Rompiendo sus muros conociendo como es realmente.
Al día siguiente llegué al hospital con una rana que había comprado para Joseph.
Entré a la habitación y no pude creer quién estaba ahí.
- ¿Qué haces aquí?
Ante mis ojos estaba Karla, la prima de Isaac. Se veía cansada y con ojos llorosos. No estaba tan bella como la recordaba pero seguía siendo linda naturalmente. Esa belleza que yo envidiaba algunas veces.
- ¿Qué haces tú aquí?
- Ese es mi primo.
- Woooow, que pequeño es el mundo.
- ¿Cómo lo conoces?
- Estamos saliendo.
- Wooooow. Esto no me lo esperaba.
- Bueno, yo tampoco.
- ¿Cómo se conocieron?
- Tenemos amigos en común.
- Increíble.
Me senté al otro lado de la cama y tomé su otra mano, ella podría ser su novia pero yo era su bacteria.
- Ahora dime tú que tienes con Isaac.
- Nada.
- Eso es evidente, dice que no contestas sus mensajes.
- Por algo será.
- Sabes me gustas, tienes actitud y creo que tú puedes salvarlo.
- ¿Salvarlo de qué?
- De él mismo, de su destino. Mis tíos quieren que se case con Cornelia, prácticamente lo están presionando para que lo haga.
- Pero ella, lo que le hizo...
- Lo saben pero creen en el perdón y Cornelia, bueno ella es una perfecta actriz.
- Discúlpame Karla pero nosotros no tenemos ya nada de qué hablar.
- Tan tercos los dos. Yo sé que no lo parece pero es un buen chico. Demasiado dolido como para volver a confiar en alguien y sin embargo confiaba en ti.
- Bueno, esa historia ya terminó.
Pude sonar un poco grosera pero ya estaba cansada y sólo quería que mi primo despertara. Al poco tiempo Karla se despidió de Joseph y salió de la habitación.
- Esa no me la esperaba rana, siempre me sorprendes. Ya despierta, ¿si primo?
Sentí que me apretó la mano, lo podría jurar.
Y así pasaron un par de meses difíciles. Conseguí mi primer trabajo en una agencia, seguí en contacto con Zedd, pasábamos el rato aunque siempre terminábamos besándonos, pero era algo natural y nada incómodo.

ESTÁS LEYENDO
Las personas vacías no aman
Novela JuvenilA través de una serie de experiencias nuevas Alex decide que quiere vivir al límite, quiere comerse el mundo pero no cuenta con que descubrirá la oscuridad en la que vive y los fantasmas con los que carga, cayendo así en situaciones peligrosas y rom...