Jennie se aferró con fuerza a la cintura de la tailandesa. El alcohol parecía haber salido de su sistema. Odiaba las motos, les temía a muerte, pero eso no se lo iba a decir a ella, se burlaria.
Se sobresaltó cuando el motor gruñó, haciendo reír a la más alta.
Maldita imbécil
-No encontrarás a nadie que maneje a ésta belleza mejor que yo- le aclaró en un intento de relajarla- ¿no me digas que tienes mie...?
-¡Conduce de una maldita vez!
Lisa sonrió. Encendió el motor y se puso en marcha. Las manos de Jennie apretaba con fuerza a la contraria.
La tailandesa decidió divertirse un poco subiendo la velocidad, dando las curvas sin cautela-¡Espera, Espera, baja la velocidad!
Lisa hizo oídos sordos. Una de las sensaciones que más disfrutaba era esa, el peligro y la adrenalina corriendo por su cuerpo. No era suicida, quería vivir un largo tiempo, sin embargo la idea de que pudiera ser su último día hacia siempre todo más emocionante.
-¡Qué pares de una maldita vez!
Esa voz rota y dolorosa fue su ancla a la realidad. Aparcó la moto junto a la acera, y la castaña no tardó en bajar con torpeza, quitandose el casco con brusquedad
- ¡Eres una imbécil! ¿¡Por qué demonios no te detenidas!?
Lisa la miró confundida. Era la primera vez que veía lágrimas en sus ojos, pero sonrió grande, ignorando ese detalle
-¿No te divierte el peligro?
- ¿Eres enferma? ¡Pudimos habernos matado! Ni siquiera frenaste en el semáforo. ¿¡Tan siquiera viste el coche que casi nos golpea de costado!?
Jennie había entrado en un estado de histeria, y en ese instante sólo hipaba, en un intento por contener sus sollozos. Odiaba lucir débil frente a la pelinegra, frente a cualquier persona en general, pero el momento lo americana. Le tenía terror a la muerte, ¿y qué persona cuerda no lo tenía?
-Kim, he hecho esto mil veces
- ¡Eres un desastre Manoban, no sé como pude dejarme tocar por alguien tan patética como tú!
Lisa apretó los puños con fuerza. No era la primera vez que le hacían esa clase de comentarios. Vio a la castaña alejarse y gruñó ¿es que realmente pensaba seguir el camino a pie?
-Mierda- se bajo de la moto y se precipitó a seguirla, muy en contra de sus costumbres. Lalisa Manoban no era chica de rogar a nadie- ¡Kim, espera!
-¡Dejame en paz!
La castaña apresuró el paso, lo más que sus tacones le permitian. No la quería cerca, sólo quería llegar a su maldito apartamento lo antes posible
-Estas siendo estúpida Jennie
La coreana frenó en seco, y al girarse no se limitó a lanzar una cachetada certera en la mejilla de la tailandesa
- ¡Eres una maldita imbécil!
-Dime lo que quieras Kim, pero no te voy a dejar aquí sola, ¡sube a la moto de una maldita vez!
-¿Contigo no iré a ningún lugar, te odio!
-Bien, odiame, ¿pero ya viste en dónde Estas?- amplió los brazos para que viera a su alrededor- son más de media noche y las calles están desiertas, ¿qué crees que pensarán los borrachones si ven a una chica linda con un mini vestido caminando por la zona?
Jennie miró a todo a lados. No había pensado en ese detalle. Sin embargo tampoco quería volver a subir a la moto de la tailandesa.
Jennie miró los ojos de la tailandesa. Se veía enfadada y a punto de perder la paciencia. No podía permitirlo, sabía que sí volvía a negarse a subir, la más alta se iría sin mirar atrás, como había hecho en un par de ocasiones atrás
La coreana desvió la mirada
-Dijiste que no eras de rogar
Lisa rodó los ojos y se encogió de hombros
-También dije que haría un par de excepciones por ti- suspiró agobiada- sube a la moto Jennie, es la última vez que te lo pediré
La castaña después de dudarlo un poco asintió
El camino a su edificio fue tranquilo, por suerte la tailandesa había mantenido la velocidad a medias, y se lo agradecia mentalmente. Sabía que la pelinegra era una chica de velocidad y riesgo. Esa idea le provocó un cosquilleo en el vientre
-Es allí delante- le explicó cerca del oído y se arrepintió al instante. Su pelo rozó con la mejilla de Lisa, provocándole un hormigueo. Olía a flores, pero no podía identificar a cual, a la vez que su fragancia a vainilla la hacia inhalar de gustó, para disfrutar más de aquel aroma. ¿Cómo es que una chica tan ruda podía combinar dos esencias tan suaves en su cuerpo y dar como resultado algo exquisito?
La tailandesa silbó, mirando el hotel
-Lindo. Se nota que no eres nada modesta Kim
Jennie le entregó el casco y arqueó una ceja, petulante
- ¿Por qué serlo si tengo los medios para darme mis comodidades?
-¿Y eso te hace feliz?
- Por supuesto
-A mí no me lo pareces
-¿Y qué te hace pensar que no lo soy?- la miró desafiante
-Tu mirada- explicó indiferente- como también pude ver que estás sexualmente insatisfecha
- Eres una...
-No intento ofenderte Kim, he estado con mujeres suficientes para saber descifrar emociones, y tú no eres feliz, ni con todo el dinero del mundo ¿y sabes por qué?- se inclinó un poco, dibujando media sonrisa- porque no has encontrado un motivo para sentirte viva
Jennie frunció el ceño con disgustó y se preparó para atacar
-¡No sabes nada de mí! ¡No puedes venir y simplemente juzgar mis acciones o sacar conclusiones de mí vida cuando ni siquiera sabes que haces con la tuya!
- Jennie, mí vida va en el rumbo que yo quiero. Yo elegí la vida que llevo y tomó decisiones sin importar las opiniones del resto. Yo vivo mí vida al máximo ¿qué puedes decir tú, chica Chanel? Algo me dice que te importa más el que dirán que lo que quieres sentir- miró detenidamente el cuerpo de la castaña y volvió a sonreír- Y justo ahora estás debatiendo contigo misma, y odiandote por no dejarme follarte en el baño
Jennie la escrutó con la mirada
-¿¡Pero quién coño...!?
-Tranquila gatita, la próxima vez que te vea no me contendre- le gruñó ojo y se colocó el casco- sólo para que lo sepas, intenta que sea un día donde no tengas sesión al día siguiente. Te daré tan duro que no podrás ni caminar
Lisa encendió la moto y se dispuso a marcharse con su característica sonrisa chulesca
-¡Maldita idiota, jamás me acostaré Contigo, depravada!- gritó con furia. Esa mujer conseguía sacarla de sus casillas- como te odio Lalisa Manoban
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My Bad Girl (Jenlisa G!p)
Fanfiction-Tengo el trabajo de mis sueños y al hombre perfecto ¿Qué otra mierda necesito? -Quizás a alguien que ponga tu mundo de cabeza -Soy Jennie Kim, nadie va a alterar mi vida sin mi consentimiento -créeme Jen, cuando aparezca tu otra mitad, ni tu misma...