🍼. FINAL

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Jimin hace unas semanas cumplió el noveno mes de embarazo, estuvo esperando emocionado para conocerlos, pero en los últimos días en su corazón se instaló el sentimiento de tristeza pues cada día se acercaba la fecha para el nacimiento de sus bebitos y estos ya no estarían en su pancita.

El menor también estaba muy emocionado y a la vez preocupado por el parto por eso es que había solicitado unos días de descanso, sabía que estaba la madre de su esposo y la suya, pero eso no le tranquilizaba; el mismo tenía que ver con sus ojos que su esposo y sus hijos se encontrarán bien bajo su protección.

—Jungkookie ya estoy cansado— suspiro cansado el menor apoyándose en su Alfa.

— Amor sabes que es bueno que tú camines, vamos un poquito más bebé— respondió el nombrado dándole un beso en la coronilla.

— Está bien— bufo rodando los ojos caminando lentamente por la acera del parque en el que estaban.

— Yah! No te molestes Nené— le dijo el Alfa posando su mirada en el más bajo.

— Sólo si me compras el helado de allá— indico un puesto de helado en una esquina.

— Eres un bandido, seguro desde hace rato lo has observado— entrecerró los ojos mirando al Omega.

Jimin sonrió de oreja a oreja traviesamente escondiendo su expresión.

— No, recién lo acabo de ver— se defendió mirando hacia el suelo.

—No te creo nada Jimin-ssi— dijo el Alfa.

— Además son los antojos de los bebes— exclamo el mayor con un bufido.

— Está bien— río el menor — compraremos el helado si damos una vuelta más—

— Sólo una vuelta— afirmó el omega caminando lentamente a pesar de sus intentos de ir más rápido.

El menor sólo sonreía de lo mimado que podía de ser su pareja.

— Lento Mimi, no te apresures— dijo siendo escuchado por el mayor.

Ellos iban en su mundo, pero las personas de los alrededores los miraban con todo tipo de miradas, algunos con envidia y otros con ternura deseándoles la felicidad eterna, a simple vista se podía ver qué aquellos dos chicos se amaban infinitamente.

— ¡Kookie ahora quiero mi helado! — por poco y Jimin se ponía a correr hacia el carrito de helados, pero de nuevo culpamos a la panza que no le dejaba.

— Tranquilo amor— volvió a suspirar el menor con una sonrisa sujetando la mano de su Omega.

El Omega sólo asintió feliz de acercarse aquel puesto que le había echado el ojo desde hace rato.

—Buenos Días ¿Qué sabores desean pedir? — pregunto una joven beta.

— Quiero un helado de chocolate por favor— se apresuró el Omega con ojitos brillosos de la anticipación.

— A mi uno de menta por favor y en vasitos — siguió el Alfa, sabiendo de su repudio a los conos de su Omega.

El joven asintió poniendo los respectivos sabores en los vasitos entregando primero el de chocolate y luego el siguiente.

— Muchas gracias por su compra— agradeció después de recibir el dinero.

El Omega comía con suma dedicación amando sentir como se derretía en su boca y como el sabor era pasado por su paladar.

— Kookie ahora sí vamos a casa, de verdad que me está doliendo mucho la espalda— hizo un puchero el Omega luego de un rato de terminar su helado.

— Claro cariño— asintió el Alfa comprendiendo ya que en los últimos meses del embarazo Jimin había sentido unos fuertes dolores en la espalda y uno que otras falsas contracciones.

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲 🍼 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora