UNA TRAICIÓN POR AMOR [L.S]

Capítulo 3

A la mañana siguiente, Harry se despertó sintiéndose completamente cansado, no había logrado conciliar el sueño durante toda la noche producto de las emociones tan confusas que lo habían atormentado después de haber dejado a Louis en casa. Su cuerpo se sentía tan pesado y cansado en ese momento, que lo único que quería hacer, era quedarse en su cama todo el día. Pero, lamentablemente, era algo que no se podía permitir hacer, así que después de un rato se levantó para dirigirse al baño. El reloj en su mesita de noche marcaba las 7 de la mañana, y su horario de trabajo empezaba a las 8, así que no le quedaba mucho tiempo de sobra.

Una vez que se hubo duchado, Harry se vistió con una camisa y unos vaqueros oscuros, cuando estuvo listo, se dirigió rápidamente a la cocina donde se encontró a su mejor amigo sentado a la mesa, mientras se agarraba la cabeza producto de la resaca, con su desayuno a un lado.

—¿Te duele la cabeza? —Preguntó, mientras abría la nevera para sacar un pedazo de pastel.

—Ni te imaginas cuánto, creo que no volveré a tomar en semanas —El otro se quejó.

—Eso dices siempre y nunca lo cumples, ahora tómate esto, te ayudará a eliminar el dolor... Sacó de su bolsillo una pastilla blanca y pequeña, había recordado lo que el castaño le había pedido que hiciera, así que se aseguró de buscar algo para su amigo.

—¿Qué pasó después de que cenamos? No recuerdo ni una mierda —Dylan articuló, tomándose el medicamento.

—¿Qué pasó? Pues te comportaste como una verdadera mierda con Louis.

—¿De verdad? Oh bueno, después lo llamaré para saber de él.

—¿Ni siquiera me vas a preguntar qué pasó con él después? —Preguntó, con sus ojos abiertos de par en par. A veces se sorprendía de las actitudes que tomaba su amigo.

—En realidad no me interesa, pero si me quieres contar, bienvenido sea —Dylan respondió con una sonrisa burlona curvando sus labios.

—Eres una mierda con el chico, Dylan. No sé por qué no terminas con él de una vez antes de que termines haciéndole más daño.

—Sé que algunas veces me comporto como un idiota pero yo lo quiero a mi manera y a él le basta, además, ambos estamos en esto por el sexo, ¿y sabes qué? Te agradecería que no te metieras en nuestra relación —Dylan se levantó de donde estaba, dejando su desayuno intacto—Ahora me iré a cambiar, tengo que ir a trabajar.

Harry sintió el impulso de decirle algo más, pero como Dylan le había dicho, él no tenía por qué entrometerse en su "relación", Louis ya estaba bastante grandecito como para cuidarse él solo y saber con quién estaba. Harry terminó de comer el resto de su desayuno y salió de su departamento en dirección a su trabajo.

El día se estaba pasando con bastante lentitud y Harry solo esperaba la hora para salir del trabajo, esa noche había quedado en verse con una de sus tantas conquistas así que estaba completamente ansioso. Por fin tendría el sexo que necesitaba, así que cuando el reloj marcó las 6 de la tarde, agarró sus cosas y salió del restaurant en dirección al lugar en el que habían quedado en verse. Llegó vente minutos después y se estacionó frente al gran edificio, se bajó rápidamente para adentrarse al lugar y una vez que estuvo frente a la puerta, tocó el timbre. Segundos después, la puerta se abrió, dejando ver a una rubia alta y delgada de ojos azules que traía puesto un rojo vestido extremadamente corto.

Sin perder tiempo, la agarró de las caderas y entró al departamento para acorralarla en la pared junto a la puerta, con un gruñido desesperado junto sus bocas y adentró su lengua en la boca de la chica que gemía ante su tacto, con brusquedad bajó sus manos por aquel cuerpo hasta llegar a la parte más íntima y empezó a tocarla con desesperación. La chica, quien ya permanecía completamente desesperada, se impulsó hacia arriba y envolvió con sus largas piernas su cintura, Harry la agarró de inmediato de las caderas y se la llevó al sofá, donde la dejo caer bruscamente, con rapidez se subió sobre ella y empezó a mover su caderas contra la chica mientras buscaba su boca para besarla de nuevo.