Todos conocemos los cuentos de hadas, y todos nos sabemos la historía de Caperucita Roja, bueno creo que en estos momentos me siento identificada con el cuento. Por mi abuela enferma, mi problema de confiar muy rápido en las personas y el hecho de que estaba relacionada con lo sobrenatural. Deseaba, con el ser, volver a ver a mi abuela por última vez, porque ahora no estaba segura de salir con vida de esto. Además que me planteaba la idea improvisada de tragarme algo con punta, que claramente, ahora mismo estaba perforándome algún órgano esencial.
Y otra vez esa luz tenue, era como si para ellos no existiera la electricidad y dependieran directamente de las velas. Poco a poco, mis sentidos iban respondiendo aunque no del todo bien.
Mis oídos se chocaron con la sorpresa de una discusión al otro lado de la puerta, parecía que Randall se había puesto repentinamente de mi lado, o por lo menos del lado de mi salud. Decía que después de todo yo era una de ellos, que me lavaron el cerebro y que una chica como yo sería incapaz de hacerles daño. Hablaba de darme una oportunidad.
¿Es acaso una señal para cambiar de bando? ¿Para ver que en realidad los únicos que podrían considerarme un ser con opinión propia serían los caballeros de San Cristóbal? Quizás, pero primero debía entender o descubrir qué me sucedía, un cambio podía ser bueno o malo, y el cambio que estaba haciendo iba en peor.
La discusión renovó la voz, a la de Jack y Lilith, les contó que encontraron un radio al revisarme y que al realizar una especie de radiografía con magia para descubrir qué me pasaba, encontraron el artefacto lastimándome. —La magia es tan potente que desequilibra su sistema, lo altera tanto que Goldenwolf trata de reparar las heridas que provoca, pero no está funcionando. Ella se muere, su cuerpo no es lo suficientemente fuerte como para albergarlo, si no procedemos ya a sacárselo, es posible que cuando no tenga control desate destrucción. Ya es peligrosa con eso en el estómago, imagínense con la furia de su Hide al no haberla salvado.
Creí que no hablaban en serio, pero la seriedad del tono del profesor Hamish al responder que empezaran ya, me confirmó la historia.
La puerta se abrió dejando entrar a Lilith y Randall, escuché al profesor diciéndole a Jack que se quedara cuidando a Alyssa y que él se encargaría de proteger la casa. Mi calma solo duró un par de segundos hasta que mi cuerpo empezó a tener temblores y sentía como si mis órganos hicieran un nauseabundo licuado de tripas. Y no faltó mucho para que me empezara a quejar del dolor agudo de mi cuerpo.
—Mary —Randall se acercó a la cama donde descansaba mi cuerpo casi inerte, tomó mi mano y me regaló una de esas miradas de preocupación. —, lamento haber dudado de ti y también por pensar que debías morir, creí que te lo merecías. —desvió su mirada a nuestras manos —Se supone que los Caballeros de San Cristóbal somos buenos y justos, y contigo fuimos todo lo contrario. Yo...
—Necesito que te alejes para comenzar, Randall. —Lilith nos dedicó una mirada de supervisión, luego él se alejó y ella me dijo: —Esto va a ser doloroso, puede que no lo aguantes y te desmayes ¿Está bien? No te resistas.
Asentí con las pocas energías que me quedaban, y cuando Lilith empezó a recitar unas palabras en latín mis oídos sintieron ese sonido punzante y agudo, tal vez era la magia que Goldenwolf detectaba o simplemente la misma haciendo efecto.
Lo primero que escuché salió de mi cuerpo, ¿era el sonido de un hueso? ¿del mismísimo hueso que me ayudaba seguido a caminar? Pues sí, se trataba de mi pierna siendo partida en dos partes, al principio fue el sonido que me distrajo, pero a mi cuerpo le pareció estúpido ignorar el dolor que desataba tener una pierna rota.
Un "lo siento" salió de la boca de Lilith, pero creería yo que quizás mi cuerpo no se conformaría solo con eso, tal vez era necesario regresar en el tiempo o nada. Supongo que así pensaba mi organismo. Ya que optó por hacerme gritar del dolor, mi garganta dolió y fue una señal para callarme, porque ese profundo sufrimiento interno iba cediendo y desapareciendo, pues Goldenwolf estaba para rescatarme y curarme.
—¿Te falta mucho?
Parecía que a Randall le había dolido más que a mí y se le había hecho imposible no hacer aquella pregunta. Lo entiendo, si es que lo tenso de esta situación no me hubiera mantenido tan ocupada tal vez sería yo quien preguntara.
—Creo que quizás fallara en los cálculos de extirpación. Pero lo arreglaré, siempre lo hago. Sin embargo, debes prometerme que cumplirán con lo acordado, si los chicos me fallan a último momento, debes hacer lo posible para que cruce aquel portal ¿Sí?
No entendía mucho lo que estaba sucediendo, pero aun así vi que Randall se había tomado su tiempo para responder, en uno que esos segundos me lanzaba fugases miradas de preocupación, no entendía si es que yo tenía algo que ver con todo aquello o solo era una intermediaria de la situación. Hasta que llegó ese momento en el que él respondió con "está bien" y luego se me quedaba mirando. Yo no era lo suficientemente valiente como para regresarle la mirada, prefería desviarla y dedicarme a observar la habitación, que por cierto, no tenía mucho que desear.
Lilith se dedicó a sacar mágicamente el objeto puntiagudo de mi cuerpo, y algunas veces se me escapaba un gemido de dolor, imposible de ignorar para Randall. Parecía que él estaba distraído pensando algo complicado y que de vez en cuando se acordaba de la situación y volvía a prestar atención.
Quería arrancarme los ojos cuando terminó todo, porque al parecer Goldenwolf estaba lo suficientemente agotada como para curarme rápido, así que debía permanecer en cama durante unas horas más. Lo que significaba más horas de agonía y aburrimiento...
¡A pero no! Un ruido misterioso se asomaba por el otro lado de la puerta. Tal sonido provenía de la sala de los Caballeros de San Cristóbal, que claramente ya me tenía de pie, observando la extraña escena de una Lilith alterada queriendo cruzar por el hueco que se habría a los pies de Randall, ¿lo que impedía que Lilith saltara hacia aquel extraño agujero negro? El profesor.
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La Orden Secreta -Caballeros De San Cristóbal- © [Wattpad]
FanficUna universitaria se infiltra accidentalmente a una legendaria sociedad secreta conocida como La Orden Hermética de la Rosa Azul. ¿Qué relación tendrá con los Caballeros De San Cristóbal? Oscuros secretos de la historia de Luna Sangrienta la enredar...