🌸I hate you...I need you🌸

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✨Fase 1✨

La mirada fija en el techo de su habitación, todo estaba en penumbra ya que era bastante tarde y a pesar de ello no lograba conciliar el sueño después de una fuerte discusión con vocalista de la banda, aún podía escucharle decir cuanto lo odia, cuanto le detesta y claro ver la sangre que su nariz derramaba por el fuerte golpe que le había propinado, nunca le ha importado lo que le dijera Stuart, para Murdoc él es un completo idiota, pero de las tantas discusiones que han tenido y fuerte encontronazos, Stuart nunca le había dicho que lo odiaba, gruñó furioso puesto que detestaba que ese chiquillo caprichoso le quitará el sueño de nuevo (porque lo había hecho muchas veces) sus oscuros ojos reflejaban odio a la vez que mucha tristeza, no hubo límite esta vez, ni siquiera Russel los pudo separar, se giró en su cama tratando de estar cómodo, pero no sabía que era, no lograba dormirse, en el pasar de esas horas había estado en todas las posturas posibles para poder dormir, pero simplemente no lograba hacerlo, el azabache sintió algo en su interior, no...una necesidad en ese momento y sabía que era estúpido, que él es un completo imbécil, pero eso no evitó que se pusiera en pies y a pasos lentos salió de su habitación yendo hacia la de su muy querido amigo y compañero.

Dudoso tomó el picaporte mientras lentamente lo giraba para poder acceder allí, Murdoc trató de ver mejor ya que la oscuridad del lugar no se lo permitía, cuando su vista se acostumbró a la poca luz se dirigió hacia la cama del menor, mientras más se acercaba más podía escuchar unos ligeros pero bastante audibles sollozos, “Lo que decía Noodle era cierto” recordó lo que su princesa le dijo una vez «Toochi llora siempre que pelea contigo» por un momento creyó que era solo una ocurrencia de aquella dulce pequeña, pero se dió cuenta de que todo era cierto, su mano se posó sobre el hombro de Stuart, al hacerlo éste se volteó rápidamente puesto que se había asustado, Murdoc se sentó en la orilla de la cama mientras que la oscura mirada de Stu se fijaba en la suya.

—¿Qué es lo que quieres?— su voz fue severa y molesta, no parecía estar triste.

—Yo...venía a hablar contigo— el joven de cabello azul bajó su mirada ahora triste.

—¿De qué quieres hablar?— Murdoc encendió la lamparita de noche, las ojeras del menor se marcaban más de lo normal, sus mejillas pálidas ahora eran rosas al igual que nariz y su cabello ligeramente desalineado, no sabía la razón, pero...la fragilidad de Stuart lo volvía débil, nunca lo demostró por miedo a ser juzgado; sin embargo su gusto por Stuart era un secreto, que ni él mismo sabía de el, tomó sus mejillas con sus grandes manos y las limpió suavemente con sus pulgares. —¿Murdoc a qué estás jugando?— aquellos infaltables temblores aparecieron en Stuart cuando el rostro de Murdoc estaba a poco centímetros del suyo, estaba asustado, nervioso y su respiración era pesada. —e-es la cuarta vez que haces esto...¿por qué?— dijo muy bajito aún teniendo la distancia de la misma manera.

—No me preguntes el porqué, yo tampoco lo sé— dijo antes de colocarse encima del menor y aprovechó que este no puso resistencia tomó con suavidad sus muñecas. —quiero...intentar algo contigo, así que tómalo con calma— a Stuart no le dió tiempo de reaccionar cuando Murdoc había empezado a besarle, sus ojos se abrieron de par en par, la situación era extraña la verdad...era muy rara para Stuart, pero...no era molesta, puesto que en el fondo siempre se había preguntado como se sentiría ser besado por Murdoc, cayó a su cabeza un rato cuando había aceptado el beso, Murdoc parecía sorprendido y a la vez muy satisfecho por el recibimiento del mismo.

Pasaron los minutos y el beso se había vuelto distinto, no era torpe y lento era fuerte y necesitado, las manos de Murdoc estaban entrelazadas con las de Stuart quien inconscientemente había juntado más sus piernas por la creciente excitación, el aire no era requerido en ese momento y menos cuando el azabache comenzó a explorar su cavidad bucal con su larga lengua, no puedo evitarlo, aunque se apretara las piernas para ocultar su creciente erección un gemido se le escapó, ser besado por ese hijo de puta era algo increíble, jamás había besado a nadie de ese modo, un chasquido acompañado de un pequeño hilo de saliva que unía sus labios se hizo visible en el momento que Murdoc corto el beso, disgustado al chico abajo de él, lentamente soltó sus manos y las llevó a los lados de su cabeza.

Stuart necesitaba ser besado, ser poseído por ese idiota así que lo tomó de las mejillas y lo acercó de nuevo a su rostro, iniciando nuevamente un beso, Murdoc palmeó una de las largas y delgadas piernas del menor, éste entendió lo que quería que hiciera sin dejar de besarse, subió lentamente pierna, Murdoc mordió el labio inferior del menor en cuanto comenzó a frotar su pelvis en la adolorida entrepierna de éste. Stuart trataba de ser silencioso pero no lo lograba, no podía creerlo, ¿desde cuándo le comenzó a atraer Murdoc Niccals? se sentía jodidamente excitado, aún no había acto de penetración, pero con aquellos simples roces lograba hacerle imaginar miles de cosas.

—M-Murdoc...— logró musitar cuando se fue permitido tomar un respiro, no hizo falta decirle más, ya que de un momento a otro su pantalón de pijama y ropa interior habían sido quitados, Stuart mordió su propio labio cuando una de las grandes manos del mayor se posaron en su erección, lo masturbaba de una forma que solo un demonio lo haría, su espalda se arqueaba y sus piernas temblaban, su pecho subía y bajaba de forma violenta, no aguantaría mucho, su rostro hacia gestos bruscos, Murdoc se deleitaba al verle de ese modo tan excitado, su rostro completamente rojo al mismo tiempo que trataba de respirar, el azabache se aproximó a él y susurró en su oreja con voz muy ronca.

—Abre tus piernas...Sunshine— Stuart tembló cuando escuchó aquellas palabras, su temerosa mirada se posó sobre la lujuriosa mirada del satanista, habían llegado muy lejos ¿por qué detenerse ahora? Stuart dudaba mucho toda la seguridad que había adquirido se había esfumado con solo esas palabras. —seré gentil contigo— “Solo por esta vez” pensó antes de dedicarle una tierna sonrisa al peliazul, éste no decía nada solo veía al chico de pie delante suyo. —¿quieres que me detenga?— Stuart bajó la mirada para luego negar con su cabeza lentamente, Murdoc sonrió más cuando el menor abrió sus piernas a la vez que alzaba su cadera, eso bastó para que el azabache tomará sus delgadas caderas y con desesperación fuese invadiendo su interior, Stuart tuvo que morderse las labios conteniendo sus jadeos de dolor, ya a este punto Murdoc quería moverse de manera brusca, el interior del cantante era cálido y jodidamente estrecho, sin pensarlo mucho comenzó a embestir a Stuart aún sujetando sus delgadas caderas en el aire, el peliazul se sujetaba de las frazadas intentando sostenerse de algo, sus jadeos y gemidos estaban mezclados con los sonidos de sus pieles al chocar, Murdoc soltaba maldiciones y jadeos en cada estocada mientras que Stuart llevaba su cabeza hacia atrás y con sus manos alzaba un poco de su torso, las delgadas piernas del menor se movían de manera sincronizada a las fuertes embestidas, de sus ojos aparecían lágrimas de la gran excitación que estaba experimentando, ambos transpiraban y en todo el lugar se podía sentir el olor a sexo.

—A-agh...n-no...m-mgh...r-rápido— chilló en petición, Murdoc acató su petición, llevando su pierna derecha a un lado de la cama, Stuart no gemía, no jadeaba, estaba casi gritando de placer. —a-agh...m-mierda— el azabache rió cuando escuchó aquello, se aproximó hasta sus labios para besarlos y al cortar distancias un fuerte golpe llegó hasta su punto dejándolo en las estrellas, los ojos de Murdoc se giraron y para callar el gemido escandaloso que estaba por escaparse de su boca mordió fuertemente el labio inferior de Stu, aquella acción basto para que eyaculara llegando así al orgasmo, los ojos bicolor del azabache se posaron sobre la cantidad de semen expulsada por compañero, éste resbalaba desde la punta de su miembro, su falo hasta llegar a la base, Murdoc se mordió su propio labio cuando un fuerte calor invadió su vientre dando los últimos golpes en su interior también pudo terminar satisfactoriamente dentro de su vocalista, al terminar el acto, sus miradas se volvieron a encontrar, y sin pensarlo dos veces se besaron muy necesitados uno del otro, Murdoc aunque ya se hubiese venido aún seguía moviéndose dentro de Stuart de manera lenta por el cansancio, por otro lado el peliazul sujetó su cintura con sus temblorosas piernas, ahora entendía porque tantas prostitutas se ofrecían a tener sexo con Murdoc, su pene estaba hecho por el mismo diablo, Murdoc lamió su labio inferior finalizando el húmedo beso, Stuart se mordió el labio antes lamido, joder, para que mentir, quería tener sexo de nuevo con Murdoc, pero le daba vergüenza admitirlo.

—Eres...bueno para esto— tomó su mejillas con una de sus manos a la vez que pasaba su pulgar por los hinchados. —eres mejor que cualquier prostituta— Stuart cerró sus ojos cuando aquello finos labios se adueñaron de los suyos. —me encantas 2D quiero...joderte toda la eternidad— se escuchaba agotado ya que sus palabras salían entrecortadas.

Stuart no dijo nada, solo le dedicó una perezosa y tierna sonrisa a aquel estúpido que lo había vuelto tomado por primera vez en su habitación.

°~2Doc~° 🌸✨One Shots✨🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora