Capítulo 14 : Entre el orgullo y el Amor

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A Gun le había vuelto el alma al cuerpo cuando supo que el padre del niño que anunciaba la enfermera no era Off. Se cubrió con una sabanita para seguir alimentado a su hijo que parecía estar desesperado del hambre y él se sentó sonriente en la silla contínua.

Joss -Te ves muy hermoso así de mami, Gun. Ambos son hermosos.

Gun -Muchas gracias. Por todo... lo que no me explico es qué hacías por esta área...

Joss - Buscaba un cambio... un cambio de ambiente, de gente, de todo. Nuevas oportunidades... pero parece que por más que huyo, el destino siempre me lleva a ti...

El bajó la cabeza sin poder retenerle la mirada, sabía de sus sentimientos. Del tiempo que habían compartido mientras podían y se había acostumbrado a su mirada siempre cálida. A pesar de la fuerza ruda, en él habitaba una ternura inmensa. Una que de no ser porque llevaba a Off tatuado en el alma, sin duda, se atrevería amarlo y mucho más.

Gun - Entiendo... y de no haber sido porque mi corazón no me pertenece desde hace mucho... no dudaría, eres un sueño de hombre. Sí, no te sorprendas, en caso de que no te lo hayan dicho, te lo digo ahora... Lo que pasa es que cuando el corazón elige...

Joss - No tienes que explicarme, Gun. Conosco bien mis límites. Siempre seré tu amigo y te apoyaré en todo lo que esté a mi alcance.

Gun lo deslumbró con su habitual sonrisa, pero el percibió la tristeza que había en ella a pesar de su esfuerzo. Miró fascinado cuando terminó de lactar al bebé tan precioso y la forma en que lo acomodó cerca de su pecho para que botara los gases. Tantas imágenes pasaron por su mente y vio que en el rostro de el rodaban un par de lágrimas. Iba a tratar de acercarse, pero entró una enfermera y los interrumpió.

Enfermera - Buenas noches, disculpe la interrupción, pero aquí está el señor que dice ser el padre del niño.

A Gun se le desfiguró el rostro por la sorpresa y al mismo tiempo por el miedo. De pronto ahí estaba Off, frente a el, con los ojos hinchados como los de el de haber llorado, aunque guapo aún, el estado en que se encontraba la conmovió aunque no quisera admitirlo. Sin embargo, su acompañante no se sorprendió.

Gun -¡Off! ¿Cómo supiste que estaba aquí...? ¡Joss! ¡Tú le dijiste!

Joss - Lo siento, Gun. Era mi deber, no me pareció justo... una cosa es...

Enfermera -Por favor, esta es área es de bebés, voy a suplicar que se controlen o tendré que suspenderle las visitas.

Off -Es mi hijo, Gun. No puedes impedirme estar aquí.

Off no alzó la voz, pero no por eso había menos determinación en sus palabras y todos en ese cuarto se achicaron.

Enfermera - De todas formas, Atthaphan, usted es menor de veintiún años, no podrá salir de aquí con el niño sin el padre o alguien que esté encargado de usted. Les suplico se controlen y les recuerdo que por la hora, deben decidir quién es que se quedará con usted, tengo entendido que por ser cuarto privado puede quedarse el padre, de lo contrario deberá ser una mujer.

Joss - No se preocupen, yo ya me voy. Buenas noches. Gun... está hermoso tu bebé... piensa bien las cosas, sé por qué te lo digo.

Joss se fue así sin más y con el corazón roto una vez más. Había ido lejos de la hacienda para olvidar, pero el destino quiso que se lo volviera a cruzar. Cuando Joss se retiró, la enfermera también lo hizo, quedándose Off solamente. Se acercó a el lentamente, pero con pasos decididos. Su expresión era indescifrable y Gun se puso a la defensiva contra sus propios sentimientos. Había soñado con ese momento tantas veces y todo se había ido al diablo.

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