Parte 10

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Se metió en la ducha tan pronto como entró a su apartamento, tirando su ropa sucia al azar en el cesto de ropa

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Se metió en la ducha tan pronto como entró a su apartamento, tirando su ropa sucia al azar en el cesto de ropa. El agua tibia se deshizo del frío que la lluvia había calado en sus huesos y pensó en Wei WuXian, solo en ese edificio frío.

Joder, pensó. Realmente le agradaba.

Sus dedos todavía ardían por donde rozaron los labios de Wei WuXian. Sintió un zumbido de placer recorrerlo al pensar en sus labios.

Sería muy desvergonzado de su parte masturbarse por Wei WuXian después de haberle dicho que no volvería a acostarse con él.

Pero sus pensamientos se dirigieron de nuevo a esos labios. Tan irresistible como el resto de él. Gordo y rosado, siempre extendiéndose tan bien alrededor de su polla. Se estremeció ante ese pensamiento, una fuerte sacudida de excitación recorriendo su columna vertebral.

Realmente no debería.

Apoyó la cabeza contra su brazo en la pared y trató de respirar profundamente. Él realmente no debería.

Pero recordó cómo Wei WuXian siempre se mordía el labio inferior cada vez que Lan Zhan entraba en él lentamente, temblando y moviendo las caderas dando ansiosamente pequeños empujones. Joder.

Sólo por esta vez, se dijo a sí mismo mientras envolvía una mano alrededor de su polla. Se estremeció, ese simple toque fue un gran alivio. La acarició y pensó en Wei WuXian. La deliciosa forma en que respondía al toque de Lan Zhan. Su cuerpo se arqueaba en sus manos y giraba el rostro, tratando de ocultárselo a Lan Zhan, como si amara el placer pero le avergonzara mostrarle a Lan Zhan cuanto le encantaba.

Lan Zhan se acarició a sí mismo, recordando cómo hacía que Wei WuXian se mojara y se estremeciera. Jugando con su agujero hasta que se encontraba rogando por él. —Oh, Dios —exhaló, imaginando cómo se sentía deslizarse en esa cálida humedad.

Lan Zhan se acarició con más rapidez, empuñándose con fuerza. Wei WuXian siempre fue tan estrecho. Siempre temblando con cada centímetro que Lan Zhan le daba. Siempre diciendo el nombre de Lan Zhan en esos pequeños gemidos entrecortados. «Lan Zhan, Lan Zhan», lo repetía como un mantra, moviéndose de lado a lado mientras Lan Zhan se asentaba completamente dentro de él.

Gimió al recordarlo. Lan Zhan solía quedarse quieto, moviéndose un poquito hasta que Wei WuXian empujaba sus caderas contra él, tratando de conseguir un poco de fricción. Se mordía los labios y cerraba los ojos, el rubor más delicioso en sus mejillas, y encorvaba sus caderas. «Por favor», rogaba. Siempre tan obediente en la cama. Pidiéndole tan dulcemente a Lan Zhan que se moviera.

Lan Zhan sintió que su orgasmo se acumulaba, agudas corrientes de excitación recorrían su columna vertebral hasta la ingle. Wei WuXian gritaría tan bellamente cuando Lan Zhan finalmente comenzara a moverse. Agarrando los hombros de Lan Zhan, dándole un beso, gimiendo en su boca.

Lan Zhan lo embestía lentamente al principio, con golpes largos y profundos, sintiendo cada centímetro de Wei WuXian apretarse a su alrededor. Siempre lucía erótico más allá de lo creíble, abierto para la polla de Lan Zhan, arqueándose sobre la cama en una línea tensa, las caderas moviéndose erráticamente como si no pudieran decidir en qué dirección querían que se moviera Lan Zhan.

Lan Zhan se mordió el labio inferior con un gemido. Pensó en Wei WuXian. La sorprendente largueza de sus hombros y cómo se estrechaban hasta formar caderas delgadas. La deliciosa carne de su trasero y cómo se sentían bajo los dedos de Lan Zhan. Pensó en las largas piernas de Wei WuXian, en cómo sus muslos eran fuertes y sólidos. Cómo se sentían envueltos alrededor de la cintura de Lan Zhan. Volvió a pensar en los labios de Wei WuXian, en la forma en que se veían hinchados por los besos. La manera en que besaba suavemente, incluso cuando su cuerpo estaba temblando, siempre besaba suavemente.

Joder, pensó, acariciándose más rápido, estaba cerca.

Pensó en los ojos oscuros de Wei WuXian mirándolo, nublados por el placer. Pensó en la forma en que la polla de Wei WuXian rebotaba hacia arriba y hacia abajo mientras Lan Zhan lo perforaba, rojiza y goteante. Pensó en estar dentro de Wei WuXian.

Y entonces Lan Zhan estaba gimiendo, sus caderas se movieron empuñándose en su mano mientras se corría, disparando su carga contra la pared de la ducha.

Joder, pensó, respirando temblorosamente. Se acarició a sí mismo unas cuantas veces más, estremeciéndose ante la sensación. Respiró hondo de nuevo, bajando de su orgasmo. Sintió el agua correr por su espalda. Pensó en Wei WuXian de nuevo, solo en ese edificio frío.

Joder.

Se pasó una mano por la cara. Joder, pensó. Era un idiota. El peor que podría haber existido.

Lan Zhan terminó su ducha y se secó, sin siquiera molestarse en ponerse su ropa de dormir antes de caer en la cama.

Se frotó los ojos y suspiró. Realmente era un idiota, pensó. ¿Cuánto tiempo se había estado mintiendo a sí mismo? Resopló una pequeña risa desdeñosa. Había estado tratando de convencerse a sí mismo de que Wei WuXian era solo una follada fácil durante el tiempo que habían estado durmiendo juntos.

No había nada fácil acerca de sus sentimientos.

Suspiró y miró hacia el techo. Estaba cansado. Lo suficientemente cansado para ser honesto consigo mismo. Extrañaba a Wei WuXian. Realmente lo extrañaba. Pensó que tal vez se cortaría el brazo derecho para nunca volver a tocar el violín si eso significaba que podía llevar a Wei WuXian de vuelta a su cama con él. Si eso significaba que Wei WuXian volvería a acurrucarse a su lado, adormilado y seguro.

Lan Zhan pensó en la forma en que Wei WuXian había temblado cuando se ofreció a hacerle una mamada. Como si eso fuera lo único que podía imaginar que Lan Zhan quería de él. Recordó la forma en que Wei WuXian se había alejado de su toque como si le quemara.

Sintió una punzada dolorosa en los ojos y la angustia apretarse en su pecho.

Probablemente podría cortarse ambos brazos y Wei WuXian jamás volvería a esta cama.

Joder, pensó, tragándose la mortificación. Joder.

Realmente lo extrañaba.

Realmente lo extrañaba

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Honesty is the Best Policy (Except if You're an Asshole)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora