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Despertó agitado, su pulso involuntariamente acelerado le hacía no poder sentirse bien, había tenido una pesadilla, dónde el y Auron discutían, odiaba tener que soñar con el, era tan asqueroso y repugnante solo tener que escuchar su voz, nada habí...

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Despertó agitado, su pulso involuntariamente acelerado le hacía no poder sentirse bien, había tenido una pesadilla, dónde el y Auron discutían, odiaba tener que soñar con el, era tan asqueroso y repugnante solo tener que escuchar su voz, nada había resultado bien, su discusión soñada, dónde Auron solo le gritaba lo inútil e infantil que es, le anunciaba a la cara sus errores y lo que el consideraba defectos que al psicólogo no le gustaban, se sentía muy mal, soñada discusión no era tan diferente como las que había tenido con el cuando aún eran pareja, no quería tener que pensar en eso, se levantó de su cama con pesar, no pensaría más en eso, solo lo desanimaría, además tenía un paciente que no podía descuidar solo por estar pensando en un idiota; rápidamente tomo una ducha para posteriormente desayunar algo, debía darse prisa para cambiar el vendaje de el lobo, cocino unos cuantos filetes de vaca y volvió a hacer unos cuantos sandwiches, se preguntaba si el lobo seguiría en ese hueco en el bosque, aunque los más probable es que no, debió haberse movido, ya que un lobo no puede quedarse en un mismo sitio quieto, después de todo era un animal salvaje y debía caminar por el bosque en libertad, pero si salía de ese hoyo profundo acabaría lastimando más su herida, probablemente estaría llorando por salir a dar un paseo, o eso pensaba Luzu, no podía permitir que el can se sintiera mal, debía encontar una forma de poder sacarlo del hueco en el que había caído, tomo su pala y un hacha las necesitaría si quería que, a ojos de el mismo, el lobo no se si fuera mal. Tomo rumbo al bosque, esta vez salió más temprano que de costumbre, definitivamente ahora nadie lo vería, la oscuridad de la noche anterior todavía rondaba Karmaland pero con menor medida.

Camino hacia su destino, podía oír a las aves cantar, a sus pasos hacer ruido con las hojas secas, era maravilloso escuchar esos sonidos, sonidos que nunca antes se había puesto a escuchar con más claridad, llega a dónde quería, y para sorpresa suya el lobo seguía ahí, completamente quieto, el animal estaba dormido, y nuevamente el corazón de Luzu no era lo suficientemente fuerte como para despertarlo, además si por algún motivo trataba de revisar su pata y lo lastimaba una de las posibilidades era que pensar que alguien lo quería lastimar, y sin dudar lo mataría, era mejor esperar y que el can fuera conciente de que era el quien tocaba su pierna; mientras el animal dormía, el buscaría y efectuaría una forma de sacarlo del hueco donde se había metido, sin esperar demasiado dejo la canasta cerca del lobo, tomo su pala y comenzó a tratar de hacer una especie de rampa en una de las paredes de tierra del hoyo.

Después de un largo rato, había podido terminar su pequeño proyecto, un rampa improvisada, en dónde su nuevo conocido podría entrar y salir con facilidad, había sido cansado pero al final lo logro, después de todo su casa fue construida por el mismo; después le alabarse mentalmente a su persona escucho detrás de el al canino moverse, seguramente ya había despertado, dió media vuelta y ahí estaba el, arrastrándose tratando de alcanzar la canasta de comida, el lobo le dirigió la mirada sin mover la cabeza, una mirada de reojo, se movió lentamente volvió a arrastrarse a su posición inicial, Luzu lo miraba y el lobo también.

*SOLO EN OTOÑO*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora