Algunas leyendas pueden ser verdaderas y otras no, el mundo las ve de formas distintas, pero este relato es protagonizado por un chico que fue llamado por el bosque mismo, una invitación a adentrarse en este, que cordialmente acepto, el viento soplo...
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Después de la borrachera que se pegaron parte del grupo, al día siguiente se reunieron en el mismo sitio acordado el día anterior, aunque esta vez eran menos.
– y los demás? – Auron estaba curioso de saber porque la mitad de sus compañeros estaban faltantes, de igual forma eso lo enojo un poco.
– pues están que no se puede ni levantar – contesto el albino – están en mi casa, ni siquiera se han despertado, son unas ratas –
– pero porque? –
– lo que pasa es que ayer después de terminar los trabajos fuimos al bar de Mónica y Kristina, y pues... bebimos, la intención solo era hablar un rato y tomar unas copas, pero se nos fue el tiempo porque estos guarros pidieron otra botella y otra y otra y así –
– ¿Cuántos vamos a trabajar hoy? – su molestia aumentaba por segundos, el debes en cuando era irresponsable y hacia cosas estúpidas y molestas pero sus compañeros esta vez le harían trabajar más del doble, solo porque se les ocurrieron ir a beber – Y también ¿Quién va a venir hoy? –
– Según tengo entendido Mangel, Luzu, yo y tu –
– pero cabrones, que somos menos de la mitad –
– eso ya lo se, pero tío no te enojes, en todo caso lo único que vamos a hacer es cazar unos cuantos animales, después de eso no hay más trabajos, puedes descansar esos días, además yo tampoco estoy feliz con la gilipolles de los demás – devolvió para calmar a su amigo.
Esperaron unos minutos más, hasta que primero arrivo Luzu, en ese pequeño momento en el que solo estaban los tres, el ojiverde pudo notar la tensión con la que se trataban esos dos, pues al llegar ni siquiera el castaño saludo al de boina (que fue tomada por Willi mientras Fargan estaba dormido) esos dos ni siquiera se dirigía la mirada, y esto fue notado por el tercero pero prefirió prefirió no preguntar, en unos minutos Mangel estaba con ellos y rompió la un poco con el ambiente. Los cuatro llevaban un arco, espada y dagas, también unas cuantas redes, el líder dijo que trabajarían todo el día, salieron del pueblo atravesando la extensa pradera iluminada por los rayos del sol, que resaltaba su color naranja, un bello amanecer. Al estar más juntos del bosque a cada uno se la asignó una dirección, al oeste Mangel (se se sabe cuidar sin su niña) junto con Willy, al sur Auron y al este Luzu. Dejaron una carreta en la que dejarían todo lo que recolecten, además ese sería el punto de encuentro, se despidieron y fueron al lugar indicado.
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