13. Temores

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El tiempo seguía su curso y aunque las heridas sanaran, siempre faltaban cosas por resolver.


Eso le quedó bastante claro a Volkov, cuando un par de meses después del incidente, le llegó un mensaje de Conway que lo citaba en el CNI junto a Horacio. No creía que fuera prudente llevarlo allí, él ya estaba informado sobre el trabajo que desempeñaba, el problema es que llevarlo sería involucrarlo de nuevo.


Volkov no quería involucrarlo.


Pero Conway le dejó en claro que no tenían de otra. Horacio empezaba a recordar cosas que quizás fueran de utilidad y mientras él estuviera en capacidad de trabajar, los del CNI no le dejarían ir.


Es por eso que se encontraban en esa sala de reuniones, todos observando a Horacio de forma expectante, quien solo miraba al suelo cohibido.


—¿Sigues sin recordar nada de quién te secuestro o a dónde te llevaron? —No era la primera vez que le preguntaban eso, pero Michelle se veía con la necesidad de insistir. Siendo ella la jefa del CNI, no podía dejar pasar un agravio de ese calibre.


Seguían sin saber si lo secuestró la mafia o no, pero igualmente a estas alturas se encontraban estancados con la investigación. Tenían mucha información, sin embargo, continuaban sin dar con la sede principal y era lo único que les hacía falta para poder realizar un operativo.


Horacio negó, suspirando agotado. Jugaba nerviosamente con sus dedos, que llevaban poco tiempo de estar curados por completo.


—Ya lo he dicho, solo recuerdo escuchar agua.


El largo suspiro de Michelle provocó que Horacio se encogiera en su sitio, no le gustaba sentirse inútil, pero poco podía contribuir cuando lo único que recordaba a esas alturas era su infancia y su relación con Gustabo, el cual ni siquiera se encontraba con ellos y solo recibió una muy precaria explicación de parte de Conway al respecto.


Fue Volkov el único que se compadeció de él y sin disimular su descontento con Gustabo, le explicó que estuvo en prisión por agredir a un civil y que, después de salir, no sabían nada de él. Una explicación corta pero concisa.


Para Horacio era incómodo estar sin Gustabo después de pasar prácticamente toda la vida juntos. Se sentía extraño, a pesar de que Volkov le comentó que llevaba un año sin estar con él.


Un año del cual no recordaba casi nada.


Lo que sí recordaba eran sensaciones.


Miró de reojo a Volkov con ansiedad, antes de que la voz del superintendente llamara su atención.


—¿No recuerdas voces? ¿Algún nombre o ropa? —preguntó con un tono neutro dándole una calada a su cigarrillo. Después del incidente, Conway era bastante considerado e indulgente con él. A pesar que en un momento de frustración, llegó a amenazarlo con golpearle en la cabeza para probar si recordaba algo.


Después de eso, Horacio sufrió un pequeño trauma con la idea y evitaba estar en una misma habitación a solas con él. Sentía que podría confiarle su vida a ese hombre, pero no su integridad física, así que prefería no arriesgarse.

ConociéndonosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora