Steve Rogers

Stoki || DOS

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Ahí estaba, apunto de terminar su turno en el puesto de revistas.
Como siempre, su amigo la esperaba para acompañarla hasta su casa. Pero hoy, hoy era diferente.

Sabía que Loki tenía enamoradas a todas, incluyendo a ella, mas nunca imaginó que ese enamoramiento pondría locas a algunas personas. Había una muy loca en partícular, Jane Foster, aquella chica inteligente que parecía inofensiva a la vista, pero que por dentro es lo contrario.
Fue con aquella amenaza que Stephanie conoció el verdadero rostro de Jane.

—Alejate de él o le diré a todos tu pequeño secretito —amenazó no sin antes empujarla contra el pavimento.

Al principio la de cabello rosa no le tomó importancia, si embargo, las amenazas seguían, los "accidentes" se hacían más frecuentes, estaba harta e iba acabar con eso.

Así fue como llegó a este momento, al momento de alejarse de su amigo.

—Ya no podemos vernos —soltó, era más fácil decirlo rápido que pensarlo, porque seguramente se arrepentería.

Aquellas palabras fueron como si un balde fe agua fría cayera sobre el pelinegro, su corazón comenzó a latir velozmente.
Stephanie lo era todo para él, era quien lo hace olvidar los malos ratos, quien lo saca de su triste realidad.
De inmediato pensó que era por su familia, pues al venir ella de una familia católica y él de una pagana, tenía sentido, ¿no?

—¡¿QUÉ?! ¿Es por mi familia? —De nuevo su corazón se aceleró temeroso de la respuesta.
Rogers no quería verlo a los ojos, por desgracia lo hizo, eso tiernos ojos verdes la miraban con pesar, estaban acuosos y lucía triste.
Entonces entendió, que ella no tenía porque hacer caso de las amenazas, ella no tenía porqué terminar su amistad con Loki, si ellos eran felices. Qué importa un maldito secreto.

—Es porque eres un idiota —se carcajeó, por dentro si que estaba asustada.

—Ahg, eres una imbécil, iba a llorar —rió Loki, limpiado a discreción las lagrimas acumuladas.

Comprobó que no podría estar sin él, ni él sin ella. Estaban hechos el uno para el otro y todavía no se daban cuenta.

—Si te compro esa daga con mango de serpiente, ¿me perdonas? —sonrió mostrando los dientes.

—Tú que sí sabes como hacerme feliz, torbellino rosa —la atrajo a él para envolverla en sus brazos y aspirar su aroma. Jazmines, siempre olía a esa flor.

Al separarse continuaron el camino a casa, durante su trayectoria reían, corrían, jugaban y se detuvieron a comprar helados.

Y en ese atardecer, solo una cosa pasaba por la cabeza de Rogers, ¿qué haría cuándo si secreto se supiera?

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HOLA, ¿CÓMO ANDAN?

En esta historia Loki es hijo de Laufey, así que Thor no es su "hermano".
A lo que se refiere con escapar de su triste realidad, es porque Loki no tiene buena relación con su padre.