Capítulo 4

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Mientras Jaehyun caminaba junto a Rosé a reunirse con sus padres, la radiante imagen de Doyoung no podía desprenderse de su mente. Incluso si diez años habían pasado, él aún conservaba su amable, pero ácida personalidad que escondía perfectamente bajo ese angelical rostro. A Jaehyun se le dibujó una tonta sonrisa pese a la desazona situación en la que se hallaba involucrado por obra del egoísmo de su padre, pero sonreía y, por un momento, se sintió feliz. Podía oír a Rosé hablándole para no hundirse en un engorroso silencio, pero seguía siendo incapaz de prestarle atención. Tras unos minutos dando vueltas y esquivando a la muchedumbre de magnates y viudas, consiguieron ubicar a los padres de la muchacha y a los suyos que conversaban entre ellos. La ferviente mirada del señor Jung no tardó en posarse en su primogénito, analizando cada uno de sus movimientos y gestos con una copa de champagne en mano y respirando lenta, pero vehemente. El heredero de la compañía fingió no haberse percatado de ello, pero la sonrisa que preservó durante el trayecto se desvaneció casi al instante en el que sus miradas se cruzaron. Parecía que nada iba a cambiar de esa noche como nunca había sucedido en sus veintinueve años de vida, aunque por el solo hecho de recordar que tuvo la dicha de reencontrarse con su viejo amor, con el que podría pasar el rato finalizado el banquete, le fue más que suficiente como para darle las fuerzas necesarias y la resistencia emocional para afrontar y sobrellevar lo que restase de la insoportable reunión con los que serían sus futuros suegros.

Jaehyun se reverenció hacia los padres de Rosé y se presentó.

-Buenas noches, soy Jae-...Yoonoh. Jung Yoonoh. -apretó los puños intentando retener el sudor que empapó sus manos. -Espero que estén disfrutando de la velada que mis padres organizaron esta noche como conmemoración a la plácida bienvenida a... a la familia. -titubeó.

- ¡Quién lo diría! -exclamó el padre de Rosé. -Tienes un hijo muy correcto, Bongkwan-ah.

El señor Jung alzó ambas cejas, totalmente incrédulo de la palabrería del hombre que palmeaba con confianza el hombro de su hijo. En tanto su esposa, Jung Myungsoo, suspiró contemplando la escena con el corazón en la garganta y bebiendo apresuradamente de su copa de champagne.

-A Yoonoh le enseñé desde pequeño a tener buenos modales, valores, sentido común y sobre todo a ser respetuoso con sus mayores. Aunque también veo como un dato importante para agregar que todavía lo sigo educando y corrigiendo porque, así como lo ves, me trae bastantes problemas.

- ¡Vamos, hombre! -rió. - ¡Pero si es todo un caballero! Dime en qué podría fallar este muchacho con la pinta que tiene.

-Le falta un muy largo y estrecho trayecto como para que logre llegar a la mitad de lo que yo soy como hombre. -volvió a desprestigiarlo con su tono petulante de voz. -Así que me disculpo de antemano si se les dificulta tratar con él o si no consigue darles el gusto de ser un buen yerno y cabecera y patriarca de la casa.

- ¡No seas tan duro con el pobre chico, Bongkwan-ah! Verás que me embelesará tenerlo como yerno y que sé que me dará, a futuro, unos maravillosos nietos a los que atesoraré con devoción como lo haré con él ahora que tuve la grata oportunidad de conocerlo.

- ¿Incluso si es virgen?

Jaehyun había tragado saliva de manera tan fuerte que se raspó la garganta por la misma fricción del movimiento. La ponzoñosa mirada de su padre se mantuvo furtivamente sobre él, incomodándolo hasta el punto en el que imperceptibles lágrimas se acumularon en sus pardos ojos. ¿Cómo era posible que él mencionara algo tan íntimo de su vida personal frente a los padres de su prometida? ¿Cómo es que podía ser tan implacable? Sentía que iba a vomitar lo poco que había ingerido en el día de los nervios que todo le generaba, pero eso, en definitiva, fue muchísimo más de lo que pudo haberse imaginado.

Yo amo a ese Beta | JaeDo (PAUSADO TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora