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—¿Osaka?— Dejun pregunto a su lado, arrebatándole el cuaderno de las manos para ver el código.— ¿Estás seguro?

Yuta asintió.

—¿Y como se supone que iremos a Osaka?—  El peligris se cruzó de brazos. — Es un viaje bastante largo.

Rin se había colocado a un lado de Dejun observando el cuaderno junto a él, una postal sobresalía de entre las hojas, la tomó y leyó lo que tenía escrito.

—"Le he contado a tu madre que siempre quisiste visitar Osaka, he encontrado esta postal en la tienda de recuerdos, espero que te guste."— Nakamoto hizo una mueca de disgusto.— Creo que está más que claro donde esta.

—Bien.— Coloqué las manos a cada lado de mi cintura.— ¿Cómo nos iremos?

El silencio se mezclo con la brisa helada que recorría el cementerio.

—Este hombre tiene auto.— Xiao señaló a Yuta con se dedo.— Ya tenemos el transporte, ¿Qué nos falta?

El mencionado abrió la boca con sorpresa y empezó a mover las manos en negación.— Esperen un momento, ¿Iremos los cinco?

—¿Qué te esperabas? ¿Qué irías tú solo?— Rin lo fulminó con la mirada desde su lugar.— Todos estamos dentro de esto, así que tenemos que ir.

—Eh, chicos.— Shotaro alzó la voz mientras rascaba su nuca.— Sé que están emocionados por la pista pero, ¿Podríamos hablar en algún lugar que no sea un cementerio?

Los restantes cruzamos nuestras miradas y asentimos para empezar a retirarnos del lugar. Rin hablaba junto con Dejun sobre las cosas que deberían llevar, Yuta murmuraba molesto sobre porque tenían que usar su auto mientras que Shotaro palmeaba su espalda para consolarlo.

Me quedé de pie observando la tumba de JaeMin por unos segundos. ¿Había sido tan importante Akane? Alze la mirada para observar el cielo que estaba pintando de un color naranja.

—Gracias.— Murmuré juntando mis manos e hice una reverencia.— Gracias por ayudarnos a encontrar a Akane.

—No hay de qué.

Di un salto en mi lugar volteando a ver en todas las direcciones posibles. No había nadie alrededor, absolutamente nadie.

—¡Wong!— Escuché como Dejun gritaba a un par de metros.— ¡Vamos, anciano!

Parpadee un par de veces antes de darme la vuelta y correr hacia donde se encontraba el resto del grupo.

(...)

—¿Ya tienen todas sus cosas?— Yuta procedió a abrir la cajuela de su auto.— Xiao, nos vamos un día, no un mes entero.

—Metete en tus asuntos, Nakamoto.— El mismo se encontraba metiendo una maleta entera en el auto, todos los demás llevábamos mochilas pequeñas. Un cambio de ropa y algunos productos de aseo personal eran suficientes.— Nunca sabes que podremos necesitar.

IKIGAI; Wong YukheiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora