CAPÍTULO 2

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Hogar, dulce, dulce hogar.

Elizabeth sonrió al dar otro largo vistazo a su piso, era todo lo que ella había soñado.

Espacioso sin ser ostentoso, sus muebles se podían ajustar perfectamente.

Terminó de firmar los papales a los empleados de la mudanza y finalmente se quedó sola en su nuevo lugar.

Alguien rascó su pantorrilla, llamando su atención.

-Lo siento hermoso, no me he quedado sola ¿cierto?-Alzó entre sus brazos al pequeño yorkshire/terrier y caminó hacia el balcón, su parte favorita de todo el departamento, estaba solo a unos metros del suelo, creía que en el piso de arriba la vista sería mejor pero aun así le encantaba, se imaginaba trabajando justo ahí.

Sonrió mientras se giraba de nuevo hacia dentro del piso y comenzaba mentalmente la lista de cosas por hacer, eran muchas.

-Tenemos mucho trabajo -, le dijo a su compañero y él lamió sus dedos en respuesta, ya sabía ella que estaba dispuesto a ayudar.

Comenzó a acomodar los pocos muebles en su salón y fue hasta la cocina acomodando los pocos recipientes y trastos en los estantes integrados, tenía que ir al supermercado y llenar el refrigerador pronto.

Cuando el tornado de cosas pareció finalmente algo ordenado, fue hasta la que sería su habitación y miró la base de la cama apoyada en una de las paredes, a ella le gustaba que hubiera espacio entre sus cosas, era una minimalista total.

En su habitación solo habría una cama con un cómodo, muy cómodo colchón, un librero con sus historias favoritas, una espejo de cuerpo entero, su tocador de fantasía y dos puffs morados.

Cubrió de periódico el piso y le dijo a su compañero que la habitación estaba prohibida para él en esos momentos, trajo las dos latas de pintura rosa que había comprado antes de la mudanza y atado su cabello en una coleta alta antes de ponerse a trabajar.

Betty cantaba sin inhibiciones coreando a One Direction mientras terminaba la tercera pared, solo un trozo al lado del armario y terminaba, los brazos estaban comenzando a dolerle.

Movió sus caderas con la música y alejó el cansancio antes de que su móvil comenzara a vibrar en el bolsillo trasero de su pantalón.

Dejó la brocha recargada en la orilla de una de las latas y fue a apagar la música antes de salir de la habitación hacia el balcón para tomar aire y contestar.

Su compañero pidió atención saltando a sus pies una y otra vez.

-Tengo hambre hermoso-, le dijo al perrito alzándolo antes de contestar.

-Hola polly, ¿Cómo estás?-, saludó ella sonriente.

-Hola Betts, tengo mucha tarea, mucha, odio las matemáticas-, se quejó su hermanita.

Con trece, todos odiamos la escuela, ella todavía las odiaba.

-Hagamos un trato, haz la tarea y voy por ti el sábado para ver una peli-, propuso barajeando la discusión que tendría con su madre.

-Sí, sí, sí-, respondió su hermana alegremente, se la podía imaginar saltando como su compañero había hecho momentos antes.

Hablando de él, comenzó a lloriquear queriendo alcanzar la bocina al reconocer a la voz de Polly.

-Hola bonito, hola bonito-, comenzó su hermana haciendo que el perrito se volviera loco entre sus brazos.

-Polly, ¿qué haces con ese teléfono?-, Betty cerró los ojos y trató de controlar su genio cuando su hermana se despidió de ella suavemente.

CRAZY (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora