CAPÍTULO 4

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Ella se acercó ágilmente montándose sobre su cuerpo, Michael la veía con una sonrisa en el rostro, colocando sus manos cálidas en su cintura afianzándola más en una posición que hacía que ambos contuvieran el aliento.

Camila se movió, dando un roce tentativo y necesitado a sus cuerpos y colocó sus manos en los hombros, comenzó a acariciar la piel cubierta de tatuajes que se moría por lamer, marcar la tinta como suya y...

¡Espera!, ¿Qué?

Betty movió la cabeza parpadeando hacia la portátil pero sin leer nada en realidad, estaba muy segura que el personaje de la novela no tenía tatuajes, no, Michael era un doctor con una sexualidad muy activa pero no tenía ningún jodido tatuaje.

Se tapó el rostro con las manos y gruñó.

Fantasear con su vecino brazos deliciosos, muy, muy buena idea.

Sabía que habían empezado una especie de juego pero no estaba segura si quería jugarlo, arrugó la nariz, era miedo lo que olía en el aire.

Ella no era de las que se escondían ante una nueva aventura, pero había prometido no más rollos de una noche, ¿no?

Se levantó de la mesa donde estaba trabajando, cerró la portátil y fue hasta su habitación, Fucking la siguió y pronto estuvo acomodado en la cama junto a ella.

-No voy a ir-, le dijo a su compañero aunque ella aun recordaba el cosquilleo que había sentido al leer la nota, nunca había escaldo en roca, sobre todo, hacía muchos años que nadie la invitado a algún lugar que no incluyera una cama.

-Técnicamente en el lugar debe haber colchonetas ¿no?-, preguntó a su compañero, que ya comenzaba a roncar.

-Quiero jugar Fucking, pero no sé si puedo ganarle a él-, admitió aunque el perrito no le hizo el menor caso.

A la mañana siguiente Elizabeth estaba completamente segura de que no iría con el guerrero brazos deliciosos, Juggie no le había ni saludado en el parque, cuando ella había llegado con su compañero él se estaba yendo, claro que si se había despedido del perro.

Después de ducharse y seguir con la engorrosa escena que aún tenía que editar estaba completamente segura que se alejaría de la bomba radiactiva que significaba la excitación que le recorría cada vez que veía a su nuevo vecino.

Ella era fuerte.

O cobarde.

Betty rodeó los ojos y trató de concentrarse.

Su móvil vibró contra la mesa, justo en el momento que Michael se daba cuenta que amaba a Camila, Elizabeth suspiró, apartó su atención de la portátil y miró hacia su teléfono.

-Sera terco-, gruñó cuando vio el nombre de Brett parpadeando en la pantalla.

¿Quién era Brett?

Lo iba a resumir rápidamente: Un idiota, gilipollas, buscón, poco hombre.

Ella suspiró y Fucking la miró desde donde estaba acostado en el piso, cuando vio que no había una emergencia verdadera al menos para él, volvió a dormir.

No contestó, el teléfono dejó de sonar, ella se frotó los ojos y luego maldijo recordando que se había puesto delineador después de la ducha, fue a limpiarse y cuando volvió en su móvil parpadeaba un mensaje.

Lizzie, quiero hablar contigo, yo... me equivoque, te necesito.

Betty borró el mensaje y parpadeó para alejar la sensación dolorosa, ya no era el engaño, era la simple y llana verdad.

CRAZY (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora