CAPÍTULO 5

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Después de dos días de no verla Juggie se sintió mejor, podía aceptar que la pequeña chica le gustaba, su apariencia y su actitud algo puntiaguda eran refrescantes, pero eso no implicaba nada más, el juego había terminado.

Salió hacia el centro de la ciudad descartando el jeep y cogiendo su adorada tabla.

La patineta le permitía sentir una libertad que ningún auto podría.

Notó las miradas mientras recorría las calles, él sabía la imagen que presentaba, esta vez había descartado la sudadera, llevaba una playera negra y unos pantalones flojos.

Al llegar a la zona peatonal de la ciudad tomó la tabla y la sujetó en uno de sus brazos, con tantas personas yendo y viniendo era peligroso.

Su destino era el mercado artesanal frente al ayuntamiento, estaría solo unos días más y no quería perdérselo.

Muchas veces alguna artesanía podría dar paso a otro tatuaje.

Ideas, ideas.

Además, a Juggie le divertía que los artesanos no parecieran temerle cuando él se acercaba a preguntar, una vez había preguntado al respecto y el artesano le había contestado, "Vas a pagar ¿no?"

Caminó pegando la patineta a su cuerpo para que no fuera a golpear a nadie y fue hacia un puesto que presentaba alcancías en forma de animales, había un Fucking todo temible entre las figuras, sonrió dispuesto a preguntar el precio cuando la vio.

Que dramático había sonado eso.

Lana lo miró, claro que lo hizo, pero no hubo ni la menor emoción en su rostro, mucho menos un saludo. Ella le dio la espalda y se alejó.

Bien, mejor así, porque si ella lo hubiera hecho él tendría que haberla ignorado y eso provocaría una llamada y otra discusión eterna.

¿Quién era Lana?

Una mujer de cuerpo escultural, cabello castaño natural, ojos miel y movimientos suaves.

La esposa de su hermano.

Nada malo hasta ahora.

Jughead se pasó una mano por la cabeza y trató de bloquear los recuerdos, no lo logró.

Había conocido a la arpía cuando aún era la novia de su hermano, el perfecto hijo, abogado como su padre, bla, bla, bla, como sea.

Ella había sido amable con él, de hecho, lo había defendido una o dos veces en las cenas familiares.

Él comenzó a confiar en ella, le habló de su trabajo y le habló sobre los tatuajes cuando ella le comentó que siempre había querido uno pero admitía que era una gallina para hacerlo.

Jughead no se había enamorado de ella, pero había estado a punto de hacerlo, la miró mientras ella organizaba los preparativos de la boda y sí, la anheló un poco cuando la vio vestida de blanco.

Ese día se prometió alejarse de ella.

Casi lo había logrado cuando unos meses después de la ceremonia, ella se presentó en su departamento.

-Ya está hecho-, habían sido sus palabras anunciadas con una sonrisa antes de que intentará besarlo, Jughead se había alejado como había podido.

Ella se había quitado el vestido antes de que tuviera tiempo de racionalizar lo que aquello significaba, él no era suficientemente bueno para ser su esposo, pero si su amante.

No estaba muy seguro si su hermano le sería fiel, pero él no quería tener nada que ver.

La imagen que tenía de ella se había aclarado, dándose cuenta que le había tomado cariño a un espejismo.

CRAZY (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora