5. La reunión

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Shinsō imaginaba al padrino de Izuku, (basado en la pobre descripción de Todoroki) como un hombre delgado, atractivo y alto, tal vez con una mirada maternal como su madre y un olor cálido.
Sin embargo el hombre frente a él, de cabello largo, traje y ojos cansados difería mucho con su imaginación, aunque conservaba el aroma cálido y almendrado.

-Señor Aizawa -saludó cuando el hombre bajó del auto- Soy Shinsō Hitoshi.

-Es un placer Shinsō -correspondió su saludo antes de dirigirse a la omega y al amigo de su sobrino- Señorita Ashido, Shōto.

-¿Izuku no vino con usted? -lo había buscado en el auto a penas estuvo frente a ellos, pero no había nadie más dentro-.

-No pude traerlo. Escucha Shinsō no voy a mentirte, Izuku está mal -ambos se miraron directo a los ojos- Ayer lo lleve a mi casa para cuidarlo e intenté contactar con tu padre para llegar a una solución, pero se negó a cualquier acuerdo. Izuku empeoró aún más después de escucharlo, no ha salido de la cama en todo el día y si te soy sincero, temo que termine en el hospital. Tu llamada a sido un milagro para nosotros.

-¿Tan mal está? -su omega volvió a chillar, preocupado- Por favor déjeme verlo, aunque sea unos minutos, yo mismo lo llevaré al hospital y pagaré lo que necesite para recuperarse.

-No creo que sea medicina lo que necesita en este momento. Vine aquí para llevarle a su omega, así que vamos  -abrió la puerta trasera para que entrará, lo hizo seguido de cerca por su amiga- ¿Vienes Shōto?

-Creo que mi presencia no es requerida, pero prometo visitar a Izuku mañana cuando mejore, y más te vale que así sea Shinsō -advirtió- Envíale mis saludos.

Aizawa subió después de despedir y agradecer al bicolor, encendió el auto y comenzó a conducir.

-¿Hablaron con la madre de Izuku?

-No señor, encontramos a Todoroki antes de llegar a la casa de Midoriya. Shinsō tuvo que rogar para obtener su número.

-¡Mina! Eso no es verdad

El adulto sonrió al verlos por el espejo retrovisor, Hitoshi era todo lo que su cachorro necesitaba para mejorar, el lo sabía, solo esperaba que llegara a tiempo.

-Por ahora te pediré que no hables con la madre de Izuku, tampoco que le digas a tu padre sobre está visita. No queremos que use esto en nuestra contra.

-No puede hacer nada para evitar que ellos estén juntos, quiero decir, Shinsō y Midoriya son destinados.

-Lo sé, pero hablé ayer con tu padre -su mirada se cruzó con la del chico por el espejo- Soy un buen abogado, pero el me ha ganado un punto en esto; encontró un punto en el omega saludable que puede fallar a su favor si decidiera llevarlo a la corte.

-¿Qué? Eso es ridículo ¡Ridículo! -la omega jaló su cabello en señal de frustración- Shinsō tu padre terminará matandote sino hacemos algo.

-Hablaré con mi madre, ella no dejará que pase.

-Eso no es importante por el momento -volvió a tomar la palabra el adulto- Pero tenemos que discutirlo más tarde.

Después de estacionar el auto los tres bajaron para seguir al mayor a un edificio, un complejo de departamentos más modernos que dónde Izuku vivía, de tal vez seis pisos de altura.
Subieron en el elevador directo al piso 3. Ashido le dió un apretón de manos para animarlo, estaba a poco de volver a ver a su omega.
Salieron a un ancho pasillo con dos puertas a cada lado, enumeradas del nueve al doce, caminaron en silencio y se detuvieron frente al último número. Aizawa abrió la puerta y les dejó entrar primero.

Destino || ShinDeku || OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora