Destino || ShinDeku || Omegaverse

8. Corre a la corte

Hitoshi miraba con atención al omega al fondo del pasillo, su cabello rojo y en punta de alguna forma le hacía ver más intimidante de lo que debería; tenía algunas marcas en la mejilla y estaba acompañado de una niña.
Intentó imaginar su historia, el porqué había llegado hasta una corte, con un abogado al lado y una niña pequeña en sus brazos. Tal vez sufrió de abusos y la niña era su hija y ahora buscaba justicia. Tal vez era un padre soltero exigiendo a un alfa responder por su creatura o tal vez, solo era un omega maltratado cuidando de su hermana.

Un omega nervioso y asustado como él.

Escuchó los pasos de alguien acercarse, no tuvo que mirar para saber de quién se trataba; el aroma a almendras se había hecho muy familiar en los últimos días.

-¿Dónde está tu madre, Hitoshi?

-Adentro, con mi padre y su abogado. Me han dicho que espere afuera hasta que me llamen.

-Esta bien, no tardaremos, espera aquí.

-¿Dónde está Izuku?

Aizawa se giró solo un poco, con una mano alcanzando la perilla de la puerta. Sus ojos miraron es su dirección poniéndolo más nervioso.

-En casa.

-¿Solo?

-Katsuki está con él.

Instintivamente soltó un gruñido de disgusto, desde hace varios días el alfa había estado cerca de Izuku. Entendía que eran amigos de la infancia, pero las segundas intenciones de su presencia lo ponían de mal humor.

-No le hará nada, tranquilo. El juicio es en tres días, y hasta ahora tenemos mucha ventaja.

Aizawa se perdió dentro de la habitación después de decir aquello. Llevaban tres días intentando llegar a un acuerdo con su padre, pero el alfa no estaba dispuesto a ceder.

Las personas pasaban frente a él, sin tomar en cuenta su presencia sentada en una silla, la mayoría caminaba apresurada, el resto con la mirada clavada en un papel.
Su mirada fue de nuevo al omega pelirrojo, quien ahora miraba también en su dirección. Lo vió levantarse de su asiento, aún con la niña en brazos, e intercambiar palabras con el hombre a su lado para después caminar en su dirección.

-Hola ¿Te molesta si me siento contigo? Es muy aburrido estar sentado solo.

-Claro, siéntate.

-Mi nombre es Kirishima, Kirishima Eijirō.

-Shinsō Hitoshi, mucho gusto.

-Pareces muy preocupado, sino te molesta que pregunte ¿Por qué estás aquí? Supongo que no vienes de visita.

-No, mis padres se están divorciando...

-¡Los míos también! Escuché de nuestro abogado que los divorcios se complican cuando hay menores de edad en el matrimonio, y en el de mis padres somos dos. La tienen difícil.

-Soy el único menor, mi hermano acaba de cumplir los dieciocho.

-Pero igual hay un menor de edad, menos mal pueden arreglarlo sin llegar a juicio, eso sería más complicado.

-¿Por qué?

-Bueno, nuestro abogado nos explicó que al hacer los arreglos entre nosotros podemos llegar a acuerdos que no afecten nuestro historial, si vamos a juicio se presenta como demanda y una de las dos partes queda con un feo antecedente. La verdad es que no entiendo mucho como funciona.

-Yo tampoco... desearía no estar aquí.

-Oh, entiendo, no es un divorcio fácil. No me incumbe pero sé lo que es desear cambiar las cosas para evitar esto.