11. La verdad

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Nota: De antemano pido perdón por las fallas que encuentren en este capítulo. Es un borrador no muy bien editado.

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Katsuki había tenido antes muchos días de mierda; la mayoría aburridos, llenos de tareas, calificaciones perfectas, ineptos pidienle una cita o baquetas rotas. Pero ni siquiera las horas de sermón que podría darle su madre se comparaban a las últimas 48 horas de su vida.

Y es que fingir tener un lazo con el omega pecoso estaba resultando más difícil de lo que pensaba. Sobre todo por la absurda vigilancia de Aizawa.

El desgraciado parecía disfrutar viendo cómo se tragaba sus insultos para sonreírle a Izuku y decirle apodos lindos.

El favorito de todos era brócolindo, lo más suave y tierno que su cansado cerebro pudo idear; lo único bueno de crear ese apodo fue la reacción de Aizawa que casi se desmaya y Toshinori, quien abrió tanto la boca que podía caberle su propio puño.
El idiota de Deku se burló. El muy hijo de puta aprovecho el momento para darle otro apodo aún más empalagoso y horrible:

Katsububu.

Tenía que morderse la lengua cada que lo escuchaba llamarlo de esa forma y sus entrañas se revolvían violentamente cuando debía responder con los mismos apodos cursis.

Solo habían pasado tres días pero no podía soportarlo más.

-Kacchan, te estaba buscando -como invocado del infierno el omega llegó a su lado- ve a mi casa está tarde.

-Se dice por favor, maldito nerd.

-¿Ya no soy brócolindo?

-¡Te saldrá muy cara está mierda! Más te vale tener una solución hoy mismo, no pienso pasar más tiempo sonriendo como idiota a tu lado.

-Por eso quiero que vayas hoy, mis padrinos saldrán de la ciudad y Mina irá al departamento. Vamos a planear algo los tres juntos.

-Sí, más te vale... como sea, pon a trabajar ese cerebro tuyo con una solución para cuando llegue. Me voy.

-¡Saluda a Kirishima de mi parte!

-¡Ni siquiera recuerda tu nombre!

-¡Somos amigos Kacchan, no puedes mentir!

Le respondió alzando el dedo medio sobre su cabeza.
Kirishima era amigo de todo el mundo, perdonaba con facilidad y entendía sin esfuerzos.
Era el ser más puro y bueno que había conocido.

Lo había conocido el día del juicio de Izuku, durante el descanso antes del veredicto final.
Había decidido escapar un rato de las feromonas llenas de ansiedad en la sala, solo pretendía estirar las piernas caminando por el largo pasillo.
Fue entonces cuando detectó ese peculiar aroma, una mezcla de canela y caramelo. Fue un instante en el que simplemente se dejó llevar por sus instintos, instintos que lo hicieron correr hacia una dirección desconocida, hasta que finalmente al cruzar una puerta lo encontró.

Un bonito omega pelirrojo con a una niña dormida en brazos.

El reconocimiento fue mutuo, ambos se miraron con anhelo y deseo. Mientras Kirishima dejaba a la pequeña sobre unas sillas con extremo cuidado Katsuki se abalanzaba sobre su espalda en una especie de abrazo. Fue entonces que el rubio alfa se dio cuenta de que su omega olía a otro alfa, estaba en el área de tutelas y la pequeña niña se parecía mucho a él.

-No me importa tu pasado, por favor, abandona a ese idiota y criemos a esa niña juntos.

Kirishima se había reído a carcajadas mientras Katsuki contenía las lagrimas creyéndose rechazado.
Después de que el omega le explicara que no estaba enlazado ni tenía hijos el alfa lo besó. Un beso lento y húmedo que los dejó con ganas de más.
Luego Katsuki le explico la razón por la que estaba ahí y su papel en ese teatro que ahora estaba seguro no deseaba cumplir. No tuvieron mucho tiempo y acordaron verse de nuevo para hablarlo. Dos días después, volvieron a encontrarse, hablaron durante horas sobre las promesas de Katsuki y la situación de Midoriya.

Destino || ShinDeku || OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora