Ruby estaba haciendo su mejor esfuerzo al intentar cuidar de todas.De una paralizada y totalmente ida Leah que, sin ningún motivo, alejaba a Ruby de ella más y más. Pero después lloraba amargamente y la llamaba desesperada.
De una Yoshiko sin ánimos de vivir y pérdida en su soledad. Odiando su propia debilidad y sin saber que hacer para cambiar su situación.
Ruby intentaba ayudar a ambas. Era lo alguien tan tierna y noble como ella debía hacer.
Ruby (intentando darle de comer): Leah-chan... Abre la boca...
Leah (con la mirada vacía): No tengo hambre.
Ruby (triste): Leah-chan no ha comido nada en días... Ruby está preocupada.
Leah solo se volteó y se dirigío a su habitación dejando a Ruby con el plato en su mano.
Leah (con palabras carentes de alma): Ruby... Ya vete a tu casa. No te quiero ver aquí. Nunca más...
Tras decir eso cerró la puerta dejando a Ruby con sus ojos húmedos.
La pequeña Kurosawa seguía intentando procesar todo lo sucedido.
La desaparición de Sarah, la existencia de la magia, la verdadera apariencia de Yoshiko y sobretodo, el dolor de su amiga y el de su amada.
Tras hablar con Shiro-Tsubaki quién, por órdenes de Yoshiko, le contó una buena parte de la historia a Ruby. Aún después de todo lo que vió, le cuesta creer que un mundo así haya existido siempre a su alrededor.
Para Ruby, la magia era algo hermoso y siempre quiso que existiera, de una forma algo infantil. Todo lo relacionado a princesas y la búsqueda del amor.
Para alguien condenada a no poder decidir sobre su destino, al menos no sin herir a alguien, solo podía soñar con un mundo así.
La magia existe pero al igual que todo en el mundo real, también se utiliza para hacer daño a otros.
Ruby se secó las pequeñas gotas que intentaron salir de sus ojos y fue a buscar algo para limpiar.
El tiempo pasaba y nada cambiaba su situación, la pelirroja estaba cansada de esto y salió a caminar por el bosque.
Tia y su aliada secreta, Hanamaru, habían decidido esconderse en un templo ubicado en el lado sur del bosque que le pertenecía a la castaña, era uno de sus escondites que Hanamaru pudo obtener a lo largo de todas sus vidas.
Estaba protegido por sellos especiales muy difíciles de romper, no cualquiera puede entrar o siquiera hallar su ubicación.
Ruby decidió salir a caminar por ahí para despejar su mente y su corazón.
En ese momento, tenía muchas aflicciones. Por sobre todas ellas, estaban dos: Su Oneechan y su amor por Yoshiko-chan.
Ruby caminaba sin rumbo fijo, solo observaba todo a su alrededor tratando de no pensar en lo que sucedía pero le era muy difícil.
Dependiendo a cada momento de otras personas como su Madre, Dia o Hanamaru; aunque ella quisiera ser más fuerte, no podía lograrlo porque siempre parecía estar pidiendo ayuda.
Su debilidad parecer ser parte de ella y por eso no puede cambiar.
Ruby seguía caminando hasta que a la distancia pudo ver a Yoshiko que se encontraba sentada debajo de un árbol frente a una pequeña laguna.
La pequeña Kurosawa podía sentir la tristeza que emanaba la datenshi con solo observarla a lo lejos. Ruby creía que se sentía así por no poder traer a Sarah de regreso. Aunque en parte era así, ella no sabía lo que ocurrió ese día en el techo del Little Guarden.
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Hanabira (Love Live)
RomanceUna historia de Love Live. "Dime cuál es la razón por la que vives, muestrame lo que hay en tu corazón para poder ver la forma de tu amor, para verte caer en el hechizo de esta canción" Watanabe You, junto a sus amigas de Aqours, se verán involucrad...