El Corazón de Dia

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Ya había pasado casi 3 días desde el recital de Saint Snow y Ruby no había regresado.

Dia había decidido ir a buscar a Ruby. Había logrado comunicarse con ella pero le parecía extraño que la pequeña le pidiera permiso para quedarse en la casa de Leah y Sarah por una semana.

Dia fue muy directa con Ruby al decirle que solo podía estar allí por dos días más. Eso se debe a que al tercer día, su Madre llegaría de su viaje de negocios junto con su esposa.

Pero aún así, Ruby no regresó. Dia pudo confirmar sus sospechas de que algo andaba mal. Para su suerte, la reunión de su Madre se alargó por otros 3 días debido a ciertas complicaciones. Pasando al mismo tiempo, la fiesta de compromiso de Ruby una semana más adelante.

Eso dejo a Dia con un máximo de 4 días para traer a Ruby y solucionar su problema.

El por qué Dia no salía de inmediato para allá?

Eso se debía a cierta peliazul.

Kanan (llevando a bucear a Dia): Y Dia... Cómo lo estás pasando hoy?

Dia se quedó observando su celular mientras leía una vez más los mensajes de su pequeña hermanita.

Kanan (algo triste y molesta): Dia? Me escuchas?... (Sin ninguna respuesta, le tocó la cara con el dedo) Te sientes bien, cariño?

Dia (mirándola con cierto desagrado): Me dijiste, cariño?!

Kanan (desesperada e inquieta): Yo-yo... jeje...te-te-eeeee....estaba molestando!!! Eso!!! Para llamar tu atención!!! (Dia seguía viéndola con molestia) Es porque no me haces caso, Dia!!!

Dia (suspirando): Estoy preocupada... Por eso estoy distraída.

Kanan se sintió aliviada de haber podido esquivar esa situación. Su amor se veía muy deprimida mientras observaba la pantalla de su celular.

Aún en ese estado, se ve muy hermosa, era lo que Kanan estaba pensando. Los finos rasgos de su rostro que se delinean por la luz del sol, en aquella piel blanca como la porcelana y delicada como la nieve.

Kanan no puede evitar ver su maravillosa figura en aquel traje de buceo que remarca cada curva de su cuerpo. Se relame al saber que, si ella quisiera podía obligarla ahí mismo a ser suya como sucedió con Mari.

Tomarla por la fuerza y hacerle sentir la intensidad de su amor hasta el punto en que su carne, su mente y su espíritu se doblegaran ante ella.

Tenerla en cuerpo y alma para siempre, ante su sombría y enamorada voluntad.

Pero ella sabía, o es mejor decir, ella deseaba que su princesa viniera por su propia mano hacia ella.

No merecía terminar igual que aquellas tontas sin espíritu que son monedas corriente en su trabajo como maid.

Dia (levantando la mirada al cielo): No sé que hacer?! Rubyyyyy!!!

Kanan (con una sonrisa): Ven... Entremos.

Se la llevó adentro de su casa y le sirvió un té con pétalos de rosas escarlatas.

Dia (sintiendo el dulce aroma): Huele delicioso! Y es muy relajante... (Le dio un sorbo y se sintió bastante calmada al sentir la calidez que el té dejó en su pecho).

Kanan (sonriente): En mi trabajo, aprendo cosas útiles como está... Te gustó por lo visto.

Dia: Gracias, Kanan-san... Me siento un poco mejor ahora.

Kanan (tomando la mano de Dia encima de la mesa): Me alegra que sea así.

Sus sonrisas se correspondieron mientras Kanan entrelazaba sus dedos con los de su pelinegra.

Hanabira (Love Live)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora