Hanabira (Love Live)

Desde Aquel Día...

Dia

Habían pasado 10 días desde la pelea contra las celestiales, se acercaba la fiesta de compromiso de Ruby que sería en tres días.

La mayor de las Kurosawas sentía una gran presión por querer proteger a su hermana pero todo lo sucedido en la pelea aún la tenían bastante conmocionada, especialmente el haber matado a alguien. Lo cual iba y venía en su cabeza.

Sentía muchas presiones pero había una que la incomodaba en un buen sentido (y en uno malo también).

Todas las mañanas amanecía con Leah durmiendo sobre su pecho muy cómoda. La sonrisa de la menor de las Kazuno era tranquila, bastante pacífica en comparación a su yo de siempre, tsundere y siempre seria; al menos eso creía.

Leah (despertando y acariciando a Dia):-.Dia-san... Buenos días, cariño!-

Dia (un poco molesta, un poco sonrojada):- Leah-san! Otra vez en mi cama! Tienes tu propia habitación!-.

Leah (dándole un beso en la mejilla):- Dije... Buenos días, Dia-san...- (Con un pijama bastante desacomodado, dejando ver la humilde proporción de sus pechos)- Me gusta dormir contigo... Eres muy cálida...-.

Dia (con la mirada puesta en una seductora Leah):- Pe-pero no es co-correcto me-terse en-en la habitación de otras personas sin su permiso!-

Leah:- Yo no le veo lo malo... Después de todo, yo te pertenezco...-

Dia recordó en ese momento las palabras que Iria le dijo a Murasaki-bara. Sabe que esas palabras no vinieron de ella y le molesta lo que ocasionaron en Leah.

Durante varios días venía soportando las aproximaciones de Leah, de un lado que ella no conocía y nunca pensó que la menor pudiera tener. Una personalidad tan agresiva en el sentido romántico.

Por eso, Dia decidió ser clara con Leah y su situación sentimental.

Dia (hablando seriamente):- Lo siento, Leah-san... Pero lo que ocurrió aquel día, no tiene nada que ver con mis verdaderos sentimientos...- (Algo sonrojada y desviando la mirada)- La verdad es que yo... Yo amo a Hanamaru-san!...-

Leah (tranquila):- Eso lo sé, Dia-san... Sé que estás enamorada de Hanamaru desde hace mucho tiempo...- (con una sonrisa determinada)- Pero eso no significa que yo vaya a rendirme-.

Dia (confundida):- Pero, Leah-san! Yo no puedo corresponder a los que sient-

Leah interrumpió a Dia colocando uno de sus dedos en su boca y se acercó para sentarse en sus piernas.
Dia se sentía, por primera vez podría decirse, bastante excitada.

Desde la actitud de la menor hasta la sensaciones de tocar su cuerpo simplemente hacían que la mayor de las Kurosawas se sintiera atraída a Leah.

La menor de las Kazuno parecía saberlo. Y por eso, aprovechaba la situación para besarse con ella.

Dia se pregunta cuántas veces serán con ésta. Cuántos besos le habrá dado a la pequeña Kazuno hasta ahora. Odiaba esa debilidad que había descubierto de ella hace poco.

Después de estar un rato besándose, Leah se levantó de la cama. Fue a quitarse su pijama enfrente de Dia para ponerse la vestimenta de sirvienta. De una de las sirvientas normales de la Mansión Kurosawa.