[7] Un Evento Peligroso

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23 de Diciembre del 2038
Departamento de Policía de Detroit
12:30 am
Connor

El mundo poco a poco se caía alrededor del androide, los días anteriores habían sido un infierno total, después de haberse encontrado con su otro yo tenía ataques de pánico por las noches los cuales no dejaban descansar bien a su compañero y andaba de mal humor.

Connor miraba estático la pantalla del monitor que tenía en frente, sus dedos no se movían, se había quedado en un estado aletargado, pensaba en todos los recuerdos del otro Connor, buscando pistas por aquellas solitarias memorias que ahora forman parte de la suya.

De cierta forma llegó a comprender el odio que tenía por los humanos, lo que le hicieron a ese modelo suyo había sido horrible, sentía empatia por el otro androide, lastima más que todo de como terminó.

Se observó a sí mismo haciéndose una evaluación, recordando lo afortunado que fue desde que llegó a la vida teniente, su relación había pasado de miradas llenas de desdén a algunas cómplices, otras de reproche y pocas llenas de cariño, sonrió un poco bobo en su mismo sitio, llamando la atención de un molesto Hank.

El hombre de barba un poco canosa y cabello despeinado por una pelea que había tenido esa misma mañana con unos ladrones, estaba mirando con curiosidad a su compañero que tenía una mirada perdida en la nada.

Las noches no habían sido fáciles para él, estaba al borde del abismo, su mente casi llegando al borde del colapso por todas las emociones negativas que tenía en su corazón debido a la fecha, no había llegado más allá por la compañía del androide quien de vez en cuando con una sonrisa llena de ternura le alegra el día.

El androide no se había dado cuenta de esos pequeños gestos que le hace a Hank inconscientemente, los ojos azules del más alto se quedaron fijos en la mirada avellana del joven, sus el color castaño en esos bellos ojos recubiertos por largas pestañas eran muy bonitos.

Hank sacudió un poco su cabeza, ahora optaba por la mala maña de observar los aspectos faciales del androide se había dado cuenta de muchas cosas sobre los rasgos del más joven, pero no se atrevería a revelar nunca ese secreto oscuro, que no el de diablo en persona se lo sacaría.

Connor miró al teniente confundido, estaba apenado por esos pensamientos indecentes que había tenido, si así se le podría decir al imaginar al mayor riéndose con aquella hermosa sonrisa. El sonrojo llegó, dando paso a una nueva emoción de agobio en el androide que no podía describir.

Los ojos avellanas del androide seguían en una lucha contra los de Hank, ninguno se movía de su lugar, era un momento donde miradas se podían decir muchas cosas, pero ambos estaban intentando descifrar que pensaba el otro.

Por un lado Hank quería averiguar por qué aquella sonrisa boba del androide, y por el otro Connor quería comprender más al teniente, saber más de él.

—¿Esto se volvió una guerra de miradas?, ¿Puedo participar?—se escuchó de Chris un amigo cercano de Hank quien los había visto en esa situación tan extraña.

Los dos salieron de las guerra de miradas quedando confundidos por lo que acaban de pasar los dos, el mayor porque nunca en su vida había hechos tal cosa con una persona, y el más joven nunca lo experimento antes.

--¿Que necesitas?—hablo el teniente molesto, no estaba dispuesto a tener alguna conversación con un ser vivo.

—He venido a notificarles que encontramos al androide que están buscando—comento el hombre alejándose del lugar por la mirada amenazante del teniente.

—Hank, ¿podrías dejar de estar de mal humor?—dijo el androide revisando la información donde fue visto el otro Connor.

—No, ¿qué harás?, yo no pienso ir a buscar a esa hojalata de mierda—anuncio de una vez el de ojos azules.

Un nuevo comienzo (Hank x Connor) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora