Capítulo 9*

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Samantha

- ¿Qué es ese olor mami? - Una Samantha muy pequeña aparece. 
- ¡Silencio niña! - una chica pelirroja me jala del brazo y me esconde en un armario sucio y maloliente. Las paredes están pegajosas y en el fondo hay varios paquetes envueltos. Yo me pongo a llorar. Ella se agarra la cabeza con ambas manos y empieza a caminar en círculos - Ahora qué voy a hacer, no me va a dar tiempo de sacar todo esto. La policía llegará en cualquier momento.- se acerca nuevamente a mi y me sujeta por los hombros. -  Escúchame niñita, te vas a sentar aquí y vas a esperar a que unos señores con trajes azules se acerquen.
- Mamá, no me dejes. - ella cierra las puertas del armario y todo se vuelve oscuro. 

Desperté con la respiración agitada, no era la primera vez que tenía ese sueño. Primero sentía un olor extraño mezclado con putrefacción y después una chica pelirroja me encerraba  y me abandonaba. Ya había amanecido y me sentía mejor, por lo menos ya no me dolía tanto la cabeza, pero aún tenía la nariz congestionada y me sentía sin ánimos. Estiré mis brazos y bostecé perezosamente, me coloqué mis pantuflas de conejito y abrí mis cortinas.

Mi teléfono sonó anunciando un mensaje.

De: Su majestad el semáforo

8:30 * Hola Sami

8:31 * Buenos días Marcus

8:31 *  ¿Llamada?

8:31 * ¿Estás cerca del campus?

8:32* Nos vemos en 10 minutos.

Ese era el mejor momento para decirle a Marcus que "lo nuestro" debía terminar. Tendí mi cama, ordené un poco la habitación y me cepillé los dientes. Me lavé la cara y me puse un jogger con una hoodie larga. Me amarré el cabello en un moño despeinado, busqué unos lentes de sol para ocultar mis ojeras y me coloqué las zapatillas. Cuando escuché que tocaron la puerta, empecé a transpirar, pero respiré profundo y abrí.

- Hola Marcus, ¿Me acompañas a desayunar? - lo mejor era ser directa, no quería alargar esto.

- Esta bien. - aunque estaba un poco confundido se quedó callado.

Me puse los lentes de sol, agarré mi teléfono, saqué llaves y salimos con dirección a una cafetería. Mientras caminábamos, la gente nos miraba y susurraba cosas, pero solo los ignoramos. Entramos a una pequeño local casi vacío y tranquilo en el campus . Una chica rubia con uniforme se acercó con una pequeña libreta en las manos lista para tomarnos la órden.

- Buenos días, ¿Qué puedo servirles? - observé la pizarra que estaba sobre la barra y elegí algo que me subiese las energías.

- Un croissant y una taza de café por favor. - la chica solo tomó nota y murmulló un "ok".

- ¿Y tú guapo? - sin disimulo le guiñó un ojo a Marcus causando en mí que se me cierre el estómago. ¿Era posible que esté celosa? Imposible. Pero esa no era la primera vez, me pasó lo mismo con Gabriela. ¿Qué me estaba pasando?

- Yo solo un capuchino, gracias. - Marcus ignoró a la rubia olímpicamente y al parecer eso le molestó. Ella torció los ojos y regresó a la cocina.

- Al parecer se ofendió.

- Tenemos que hablar de algo Samantha. - El tono que utilizó anunciaba tormenta y cruzaba los dedos porque se tratase de nuestra "relación". - ¿Como es eso de que tú te puedes besar con Gabriel y yo no puedo besarme con otras chicas? No es justo. - Solté el airé desilusionada, realmente esperaba que me dijera que debíamos dejar de vernos, hablarnos, y olvidarnos de todo lo que pasó.

TÚ ERES MI PRINCESA ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora