Capítulo 14*

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Samantha

Llegué a la residencia y me encerré en mi habitación. Durante todo el trayecto de regreso había pensado en todo lo sucedido y solo puede sentir rabia, mucha rabia. Me habían visto todos la cara de tonta, no una, sino varias veces y eso me exasperaba. Gabriel seguro pensaba : "Pobre chica ingenua"  mientras me utilizaba para llevar a cabo sus planes y Marcus, siendo consciente de que yo sabía todo, ni se disculpaba. Me molestaba que sabiendo todo eso no era capaz de mandarlo al diablo ni a él ni a su primo y no sabía si gritar o llorar de desesperación. En ese momento odiaba a ambos y a mí misma. ¿Qué carajos me pasaba? 

Cerré las cortinas, me metí a la cama y cerré los ojos. Ya estaba harta.

***

Gabriela me miraba preocupada. El día anterior había llegado y desde entonces no había salido de mi habitación. Estaba metida en la cama, con las frazadas hasta los ojos, fingiendo dormir. Ella había intentado animarme, me había comprado pizza, helado y comida China, pero no podía tragar nada. Me sentía débil, estaba pálida y solo podía dormir y pensar mucho. Me había encerrado en una burbuja.

- Okey, ya es suficiente, es hora de que te levantes. No sé qué pasó, pero no puedes estar metida en tu cama para siempre. - se paró de la silla de mi escritorio y abrió las cortinas. Cerré los ojos por la luz y le tiré una almohada a la cabeza. - Ya es hora de que salgas de tu cueva, tienes que ducharte, comer y asistir a clases. - No le respondí, no tenía fuerzas. Jalé la frazada y me cubrí la cabeza. - Estoy hablando en serio Samantha, si no te levantas por las buenas, te levantaré a la fuerza, te ducharé con agua helada y te daré comida con embudo. - solo la ignoré y cerré los ojos.

***

- ¡Despierta muerta durmiente! - Empecé a toser intentado sacar el agua de mi nariz y de mis pulmones. Abrí los ojos y vi a Gabriela con un balde en las manos y con una sonrisa de triunfo en la cara. - Hasta que despertaste. Temí por un momento que hubieses muerto, pero veo que no. Levántate de una vez. - tomó mis manos y me sentó en la cama. El movimiento me mareó e hizo que me entraran ganas de vomitar. El estómago me quemaba y tenía un dolor de cabeza adormecedor.

- Gabi, no me siento bien. Déjame dormir. - intenté volver a echarme pero no lo permitió. Me ayudó a levantarme y me colocó mis pantuflas de conejito. - Me duele mucho la cabeza. - llevé una mano a mi frente e hice una mueca de dolor.

- Es normal. No has tomado ni comido nada en casi dos días. Es una suerte que no estés desmayada ahora mismo. - Me cubrió con una bata y me ayudó a caminar al baño. Cepillé mis dientes y lavé con agua fría mi cara. En el espejo vi mi reflejo; había perdido peso, tenía unas ojeras profundas y mis labios estaban secos y rajados. - Toma una ducha, yo pediré comida para que te recompongas.

Abrí la ducha y esperé que el agua caliente. Me desvestí con toda mi paciencia y me coloqué bajo el chorro. Cerré los ojos e imágenes del día anterior se empezaron a proyectar en mi cabeza. Lágrimas de rabia empezaron a caer por mis mejillas y solo pude apurarme para salir de ahí lo más rápido posible. Me sequé y coloqué un pijama limpio, cepillé mi cabello, hidraté mi rostro, coloqué un ungüento en los moretones que tenía en mis extremidades y me senté en la cama a esperar a Gabriela.

Nudillos impactaron contra la puerta. Murmuré un "Adelante" y vi a la abuela de mis problemas en la puerta. La Nonna llevaba un bonito conjunto rosa bajito y una pañoleta que recogía su cabello canoso. En su mano derecha sujetaba una cartera, y una mujer detrás suyo llevaba una canasta.

- Querida, - entró a mi habitación y se paró al lado de mi cama - discúlpame por no anunciar mi visita, pero era muy probable que no la aceptes. Estoy muy avergonzada por lo que hizo mi nieto, pero también estaba preocupada por ti. Tu amiga me ha comentado que has pasado todo el rato durmiendo y que no has comido nada en dos días. Estás demacrada, necesitas alimentarte. - la Nonna le ordenó a la chica que traía la canasta que acomode todo en mi escritorio - Cuando me enteré, me metí a la cocina y te preparé una comida que te recompondrá todas la energías. Es mi receta secreta. - guiñó un ojo.

TÚ ERES MI PRINCESA ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora