AVATAR ••• El último Maestro Tierra ••• -AU-

❅ Clima Helado ❅

Las alarmas no se hicieron esperar después de la aparición de una criatura mística y extinta en las ignoradas playas del reino tierra. El avatar había logrado llegar al mar. Dejando atrás las principales fuerzas armadas de la nación del fuego.

Kilómetros de agua, en el Polo Norte, una antorcha en el centro de la ciudad se mantenía congelada, enterrada en nieve por el paso irremediable de los años.

Esa llama que era considerada fuente de paz en el pasado, sin embargo, un día simplemente la luz murió, se desvaneció.

Fue esa madrugada, en la tormenta de nieve que algunos pueblerinos vieron como la llama conectada al ciclo del Avatar cobró vida por primera vez en años.

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- Tengo frío -, susurró Jim mientras se estremecía por lo que se sintió como la millonésima vez.

Se había visto obligado a viajar al Polo Norte contra su voluntad y aunque trataba de no quejarse demasiado, el clima era simplemente inhumano y ellos no tenían ni los suficientes suministros para tener algo digno que los cubriera del frio. Lo único que le impedía tener un ataque era que sus compañeros estaban con él y lo apoyaban. Eso y el hecho de que ahora, tenía que aprender agua control de los últimos maestros agua.

- Lo sé, yo también-, se estremeció Toby. Ahora vestido con al menos cinco capaz de ropa de las que había traído consigo, y aun así era menos que suficiente. Volteo a dirección del maestro elemento, Douxie, que los guiaba - ¿Cuánto tiempo más? -.

- Bueno, según el entumecimiento de mis dedos... - tiritó mientras seguía moviéndose -, ¿no mucho? -.

- Creí que los maestros hielo estarían acostumbrados a su elemento -.

- Creí que los maestros tierra no eran molestos -

- No se si lo has notado... Pero yo No soy un maestro tierra - respondió sarcástico, pero solo recibió una mirada irritada del mayor, que volteó a verlo para gritarle.

- ¡Y por eso eres el Doble de molesto! -

Podrían haber iniciado una pelea, si sus voces no hubieran sido opacadas por el quejido sonoro de Jim y Archie, en una clara advertencia de molestia.

- ¿Tu eres un maestro agua, verdad?, ¿Por que simplemente no me enseñas tu y ya? -

- Ya te dije que no es tan sencillo, yo no estoy capacitado para eso... - Rodó los ojos y regreso su mirada hacia el frente, hacia el monótono paisaje simplemente blanco y el mar helado - Debemos buscar un completo maestro, yo solo puedo ayudarte con las bases del agua control, pero de ahí en mas no puedo ser de gran ayuda -.

- Uff, genial -, dice Jim señalando el final de la conversación.
Teniendo que conservar la mayor cantidad de energía posible, ya que hacía mucho frío. Soplo su aliento en un intento de calentar un poco sus manos. Al menos el manso pelaje oscuro de Archie los mantenía abrigados en gran parte, era una suerte que los espíritus puedan adaptarse con mucha facilidad a cualquier clima extremo.

Jim odiaba esto. Se siente como si le hubieran clavado un atizador caliente en la piel. El dolor punzante también se niega a disminuir, y el no puede hacer nada más que apretar los dientes y acurrucarse en una pequeña bola en un intento inútil de protegerse del frio. Pero no es solo por el hecho de que se encuentra en medio de la nada en algún lugar del polo, si no, que están a  metros de altura sobre el mar. Sin tierra segura a su alcance.