Capítulo 4

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Llegué a casa en una especie de dopaje, me sentía feliz, relajada, sentía que en cualquier momento mi cuerpo podía elevarse y flotar sin problema.

Me tiré sobre la cama tratando de disminuir mis emociones, aún sentía palpitar mi vagina, sentía los rastros de su salíba por mi cuerpo , su olor estaba impregnado en cada centímetro de mi piel, justo antes de cerrar mis ojos y dormir mi celular vibró .

- Descansa, decía él en un mensaje.

A la mañana siguiente al vernos frente a frente en el aula de clases, una risa de complicidad nos invadió , fue imposible concentrarme, no comprendí absolutamente nada de lo que ese día dijo, lo veía de pie, hablando frente a todo el alumnado, y yo solo podía pensar en lo apasionado que era, en todo lo que unas horas antes me había hecho, veía su pene abultado en su pantalón y mis piernas temblaban.

Al termino de su clase antes de abandonar el salón, coquetamente me sonrió guiñandome su ojo, samantha se dio cuenta y de inmediato me atacó con un intenso interrogatorio.

- Ok, vas a contarme detalladamente el por que de ese gesto.

Fuimos a la cafetería para tener un poco de privacidad y así poder platicar con lujo de detalle la follada que me había dado nuestro maestro una noche anterior, mientras la platica fluía a lo lejos lo vi, cargando su maletin entró a la biblioteca.

- Ahora regreso, le dije a Sam levantándome de prisa de aquella mesa, necesitaba estar a solas con él, fui hasta el lugar que estaba lleno de historia, como era costumbre la biblioteca estaba solitaria, la señora elena, la bibliotecaria, me sonrió gentilmente al verme entrando a aquel lugar silencioso y relajante, le sonreí de vuelta mientras mis ojos se dedicaban a encontrar al maestro cavil, era algo fácil debido a la cantidad de estantes que rodeaban el lugar, cuando por fin lo vi, allí sentado en una mesa con algunos libros abiertos.

Caminé hasta él, estaba concentrado en medio de su lectura.

- Hola maestro.
Puse mis manos sobre la mesa mientras el levantaba su rostro. Ambos sonreímos, eramos cómplices sexuales, ya no había tensión entre nosotros.

- Hola, dijo regalándome una de sus hermosas sonrisas.

-¿ puedo? Pregunté señalando la silla que estaba junto a él.

- Por favor, respondió abriendo la silla para que yo pudiera tomar asiento.

Susurrando me comentaba lo que leía, yo fingía poner atención en sus libros, pero su olor me hacía perder los estribos, me excitaba tenerlo tan cerca, por debajo de de la mesa puse mi mano sobre su sexo, el tragó salíba, abrió de forma casi antinatural sus ojos mientras yo masajeaba su entrepierna , pude sentir como su "bestia" despertaba poco a poco, el bulto de su pantalón aumentaba de tamaño.

- Discretamente mordió mi oreja, Me tienes todo excitado susurró despacio.

La verdad era que yo también lo estaba, estaba hambrienta de su sexo, hambrienta de mi maestro. Volteamos a nuestro alrededor, estábamos acompañados solo por la señora elena quien leía detenidamente, me puse de pie y Caminé por unos de los pasillos en busca de alguna obra literaria.

- Maestro me ayuda con ese libro, señalé en lo alto de uno de los libreros, él camino hacia mí , se colocó detrás repegando su verga en mi trasero, empujó sus caderas hacia adelante y logre sentir hasta sus testículos sobre mis nalgas,mientras bajaba de lo alto del mueble el libro que le pedí.

Me giré frente a él, me tomó por la cintura y me repegó en un gran estante que guardaba libros de derecho, lo tomé de sus hombros y lo pegue a mi cuerpo e introduje mi lengua en su boca, él parecía nervioso, pero correspondió al apasionado beso, sus manos estrujaban mis glúteos, pegó sus manos en la pared y nos vimos, con esa mirada él me dijo que me follaría ahí mismo.

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