Capítulo 31

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Los malos días quedaron muy lejos, bueno, no todos…. Pero la  próxima maternidad de Sam nos tenía vueltos locos, me enfoqué en ser la mejor amiga, pero sobre todo la mejor tía del mundo.

Ella entendió como fue que sucedieron las cosas, sanamos las heridas y hoy estamos bien y más unidas que nunca.

El próximo viernes es mi graduación, puedo respirar  con tranquilidad y decir que LO LOGRÉ, que por fin concluí mis estudios, costó trabajo, mucho esfuerzo, pero lo hice.

Entre los preparativos de la ceremonia, la fiesta y los últimos  trabajos escolares corría más de lo normal, aquí… allá…. Ir y venir, pero hoy por hoy siento que lo puedo todo.

***** VIERNES ******
Amaneció  demasiado temprano…  no sentí la noche, pero desperté feliz, emocionada y un poco nerviosa , apenas abrí los ojos y vi colgada mi toga, tantos días soñé con tenerla conmigo, me levanté con mi vista centrada en ella, perfectamente planchada, elegantemente hermosa, negra, brillante, la recorrí desde el cuello hasta la bastilla, despacio, feliz. Cerré mis ojos un momento, agradecí por todo, lo bueno, lo no tan bueno, y lo malo.

En punto de las 8 de la mañana Sam llegó con un séquito de personas a mi casa, yo salía de bañarme, aún escurriendo en agua.

- ¿ Sabes la hora que es? Paola, ¡ se hace tarde!

Ella se veía más nerviosa y ansiosa que yo, comía un emparedado de mantequilla de maní con jalea de fresa, con ella llegaron dos personas, Julio quien sería el encargado de mi maquillaje y Erick quien tenía el trabajo de ponerle color a mi descolorido rostro.

Sam no soltaba su celular, llamaba y llamaba…

  ¿ con quién? No lo se, pero daba muchas órdenes mientras comía su segundo emparedado esta vez acompañado de una malteada de chocolate preparada por mi madre.

Yo no tuve más que sentarme frente a un enorme espejo y relajarme escuchando algo de música, sabía que cuando ellos terminaran me vería lo mejor posible…. Me vería bonita, lo sabía.

Perdí la cuenta del tiempo, Sam se acercaba cada 10 minutos a nosotros recalcando que se hacía tarde…. Yo reía…. Todos parecían un manojo de nervios…  mientras yo me sentía feliz, conforme  se acercaba la hora…  me relajaba más y más, y disfrutaba de todo a mi alrededor.

- ¿Lista chicas? Preguntó Chris en la puerta de mi alcoba.

- ¡ Noooooo! Grito Sam histérica, los ojos de Chris aumentaron de tamaño.

Sam enseguida se disculpó apenada por su respuesta, él, paciente le dio un beso en sus labios y le dijo que tratara de relajarse..

- Estoy embarazada, la relajación no es una opción para mí…  dijo viendo a Chris, todos reímos al ver que Evans salió huyendo de mi habitación.

- ¿ Y ustedes, quieren darse prisa? Refunfuño viendo a los chicos, los cuales rápidamente reanudaron su trabajo en mí.

Mientras estaba sentada junto a mis compañeros, enfundada en mi toga oscura, cerré unos segundos mis ojos, llené de aire mis pulmones y me llené de imágenes de toda mi vida escolar, del primer día que pise el campus, todo lo que viví en esta etapa, momentos buenos, otros no tanto, pero sin lugar a duda aprendí de todo,  mis ojos se llenaban  de lágrimas cuando la emoción me embargaba, mi corazón latía arítmicamente al escuchar los nombres de mis compañeros y verlos caminar por la alfombra roja hasta llegar al presidio.

Vacíe mis pulmones, me puse de pie erguida en totalidad, orgullosa de mi misma, caminé con la frente en alto al escuchar mi nombre, saludé a cada uno de los presentes, al tener el pergamino en mis manos no pude contener mi emoción y las lágrimas rodaron por mis mejillas, voltee y en primera fila estaban de pie aplaudiendo, mi mamá, Sam y Chris, sonreí emocionada mientras levantaba en lo alto el pedazo de papel que me  hacía ser una profesionista.

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