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Era un viernes por la noche, los chicos habían quedado en que este sería el grandioso día en el cual se llevaría a cabo la primera parte del juego, estaba de más decir que la expresión de cada uno al momento de verse denotaba cierto nerviosismo.
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Volkov mantenía su mirada gacha mientras fingía ver en ocasiones por la ventana, no sabía si el calor que sentía era a causa del humo del cigarrillo que Conway había encendido o por el sofocante ambiente que se estaba formando, odiaba el hecho de que su pareja llevará en cierta parte el control de la relación, si no hubiera sido por ello eso no estaría ocurriendo. Los minutos se hacían largos, en el espacio no se escuchaba nada más que las respiraciones de ambos, Volkov decidió alzar la mirada quedando embelesado ante lo que estaba viendo, en el reflejo de la ventana podía notar con mayor claridad cada parte de su jefe, el como es que se había desabrochado un poco la camisa y su cabello se encontraba despeinado. Sin perder de vista aquél reflejo posó su mirada en los labios del mayor, se veían húmedos ya que los había lamido con anterioridad, sin pensarlo, el ruso paso su lengua con lentitud sobre el labio superior ¿Será que los besos de su jefe tendrán el sabor embriagante de la nicotina?
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El automóvil se estacionó en un lugar cualquiera de ese gran aparcamiento, dándose cuenta de ello Volkov fue el primero en bajarse, necesitaba aire fresco no podía creer que por un momento pensó en aventarse a por todas con su propio jefe, respiró profundo mientras caminaba hacía Conway quién ya había bajado del vehículo y se estaba dirigiendo al elevador. Estando ahí el mayor marco el número de su piso haciendo que las puertas se cerrarán y el elevador comenzara con su marcha.
-¿Y cómo va el problema de las zonas?
Volkov dio un respingo ante la voz de su jefe, algo había sonado distinto en ella pero no sabía explicar el que -Michelle aún no ha podido comunicarse con el jefe de policías, pero ya a hablado con su hijo.
-Oh claro el amigo de Gustabo, ese tal Armando ¿Y ya le dio alguna referencia?
-Ya le dio distintos números, pero la señorita Michelle no a tenido mucho éxito.
Conway dio un suspiro -Me cago en la puta -musitó.
Volkov tragó saliva el escuchar esa palabra en un susurro ya que está ocasiono un pequeño escalofrío en él, tenía que calmarse o Conway se daría cuenta de sus actitudes estúpidas. El elevador se detuvo en el lugar indicado y enseguida las puertas se abrieron dándoles paso al gran pasillo con las distintas habitaciones.
-Jamás me habías traído a tu departamento -dijo Volkov tratando de tranquilizar la situación.
-Bueno jamás lo pediste, además que a la mera hora no quisiste ir a tu departamento -le respondió Conway mientras le hacía una señal para que saliera del elevador.
