18 años

139 8 0
                                    

Llevaba 2 años de noviazgo con Yoseob.

Estábamos muy felices aunque hubo algún tropiezo.

* * *

Hace unos meses atrás me fui a clases de piano y Yoseob,a diferencia de otras veces,no me acompañó.

Me pareció extraño pero no pregunté nada.

Me dijo que se encontraba mal y se quedaría en casa.

Yo le creí.

Maldita ingenuidad.

Iba caminando por la calle.

Era una tarde fría de invierno y me estaba helando así que decidí entrar a una cafetería para calentarme y tomar un café.

Cuando entré gran fue mi sorpresa al ver allí a Yoseob con una chica,hablando amenamente.

Lo miré fijamente intentando fulminarlo con la mirada.

De repente giró su vista hacia la entrada y me vio allí sorprendido.

Pensé que su mandíbula caería al suelo.

Mis ojos se empezaron a nublar pero no quería que el me viera llorar.

No merecía una lágrima.

Salí y sentí el viento helado chocarme en la cara.

Tras de mi venía Yoseob alarmado.

Empecé a correr y correr hasta que llegué a mis clases.

Yoseob se quedó fuera observando como subía las escaleras de aquel edificio.

No quise mirar atrás.

Por la noche salí tranquila pensando que el se habría ido a causa del frío.

Pero me equivocaba.

Ahí estaba el sentado en el suelo y apoyado en la pared.

Temblaba y estornudaba de frío.

Me alarmé y le ayudé a levantarse.

Estaba congelado.

Estaba asustada así que corrí hasta llegar a donde estaba su coche.

Busqué las llaves del coche en sus pantalones,lo abrí y lo metí en el asiento del copiloto.

Entré y arranqué.

En cuanto llegué a casa lo llevé a mi habitación,lo tumbé en la cama y lo tapé.

Fui a la cocina y preparé un té.

Cogí las pastillas para la fiebre y el resfriado y se lo llevé todo.

-G-gracias - estornudó.

Lo miré con pena.

Me senté en el borde de la cama y lo observé detenidamente intentando buscar el "por que" de su engaño.

-F-fa-fayna - pobre,estaba temblando - A-aquella chi-chica...n-no te esta-estaba engaña-ando - respiró con dificultad - e-era m-mi her-hermana.

Abrí los ojos sorprendida.

-¿Y por qué no me dijistes que ibas a verla?

-P-por q-que.. - estornudó.

Entonces me di cuenta,me contaría mañana.

Estaba muy enfermo no debía forzarlo.

-Esta bien,tranquilo.No te fuerces,mañana hablaremos.

-N-no,e-s que ella-a ve-venía a d-decirme qu-que v-voy a vo-volver a Co-corea. - tartamudeó.

Casi se me salen los ojos.

Intenté decir algo pero mi garganta no dejaba salir ningún sonido.

Me levanté de la cama,le di la vuelta y me acosté a su lado.

Nos tapé bien y lo abracé,estaba congelado.

-Duerme.. - susurré viendo como sus ojos se cerraban poco a poco.

Me acurruqué junto a el y lloré en silencio.

Hasta caer en los cálidos brazos de Morfeo.

La voz del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora