DESNUDA EN EL CAMPO

9.4K 58 0
                                    

Hola, soy Joanna, tengo 27 años, y voy a contar una historia que me ocurrió cuando yo tenía 21 años, y es verídica, aunque me arrepiento de haberla tenido.

Había roto con mi novio, un chico alegre y simpático, pero muy loco por el sexo opuesto. La causa de la ruptura fue su enamoramiento por una rubia despampanante.

Yo soy una chica normalita, morena, ojos grandes negros, 1,74m, pechos redondos y erguidos, y culo redondo, o sea, NORMALITA.

Yo vivo en Valencia. Era mes de Agosto, y en ese mes lo solía pasar con él, bien en un apartamento en la playa, o de excursión en la montaña, y como puedes imaginar, lo que menos hacíamos era salir del apartamento, pasábamos horas haciendo el amor apasionadamente.

Aquel verano no pude hacer nada de eso. Así pues, me fui con mis padres a La Mancha, que es donde viven mis abuelos, en un pueblo de Cuenca.

Mis padres tenían previsto marcharse a Euskadi unos días de vacaciones con mi hermano. Yo decidí quedarme en Cuenca, con mis abuelos, y desconectarme del todo.

La casa de mis abuelos no está lejos de la finca que tienen cerca de la capital conquense; 20 minutos en carro y estas allí. Por ello decidí irme un día que los viejos se fueron de boda de unos amigos de los que nunca había oído hablar.

Cojí el auto y me planté en la finca, entré en la casa haber que había, y como era temprano me acosté a dormir en un sofá. Mas tarde me levanté y me comí el bocata que me había hecho antes de salir, y como no había tele, me volví a echar la siesta.

Ya por la tarde, salí de la casa haber que había, y la verdad, no era mucho, era una finca muy bonita, muchos árboles, pero totalmente inhóspita. Decidí darme una vuelta por allí, y no encontré mucho, además del sofocante calor de La Mancha en este tiempo, un sol de justicia, y alguno que otro insecto pegajoso, de esos que se te acoplan para toda la tarde.

Decidí sentarme debajo de un árbol, llevaba casi una hora andando y estaba cansada. No había visto a nadie, ni nada que presagiara algún indicio de vida humana. Así pues me quedé debajo del árbol que más sombra daba. No se oía nada, si acaso algún pájaro, y de lejos.

Como me había echado la siesta, no tenía sueño, y por ello no me dormía. De repente, se me pasó por la cabeza algo, mucha gente decía:" el andar desnudo por el campo era una sensación muy agradable", y pensé en hacerlo, pero era una idea un tanto extraña, nunca había exhibido mi cuerpo, y hacerlo en un paraje tan inhóspito, no sabía que hacer. En unos de esos flash que se pasan por el cerebro, decidí hacerlo, me quité el vestido que llevaba, el sujetador, las bragas, y las deportivas.

Y allí estaba, completamente desnuda. Decidí dejar la ropa allí y darme una vueltecita pequeña, no sea que hubiera algún listo con prismáticos.

después de darme la vuelta y sentir la naturaleza en mi piel ( literalmente hablando, o sea, el aire caliente, el sol, los bichos, etc...) volví al árbol donde estaba la ropa me acosté a descansar, y estando allí, vi como los rayos de sol penetraban por la copa del árbol. Entonces sentí un picorcillo en mi sexo, cuando me toqué, estaba un poco húmeda, quizás por la excitación de pasear desnuda, y aproveché para masturbarme. Fue mi mejor dedo, me corrí como nunca, ya que jamás lo había hecho desnuda en el campo.

Después de aquello me quedé un poco transpuesta, di una pequeña cabezada. Estando dormida, empecé a tener un sueño extraño, erótico, en él, estaba yo haciendo el amor en el campo con mi ex-, pero empecé a sentir una sensación extraña, un picor, pellizcos, en la zona del hombro izquierdo, pero en el sueño no se reflejaba nada de eso.

De repente me desperté, estaba oscuro, pero aun quedaba luz del sol, pero no fue eso lo que me llamó la atención, había alguien a mi lado, me estaba tocando el hombro, era un chico.

CUENTOS EROTICOS Y UN POCO MÁSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora