~TATTOOS~Larry Stylinson

~V E I N T I C I N C O~

Al otro día... Casa de Jay... 12:30 a.m.

Narra Louis.

Llegamos hace dos horas, Harry y yo estamos muy cansados, ya que nos despertamos en la madrugada y nos quedamos hasta muy tarde, no hablando específicamente. No podíamos faltar porque mis hermanas estaban reclamando que hace mucho no íbamos.

Realmente estábamos agotados, así que luego de comer y charlar un poco con mis hermanas, para ponernos al día. Fuimos a mi antigua habitación, nos quitamos los zapatos y nos acostamos encima de las mantas, Harry se abrazó a mi torso, dejó una pierna entre las mías y lo abracé por la cintura. 

Harry— Estoy en la mierda.— Dijo entre quejidos.

Louis— Yo también. Deberías dejar de quemarte.— 

Harry— No.— Reí.— Además no me quemé tanto.— 

Louis— Siete veces, bebé.— 

Harry— Como si tu no hubieses querido.— 

Louis— Buen punto.— Rió y dejé un besito en su nariz.— Quiero dormir.— 

Harry— También yo.—  Nos abrazamos un poco más y quedamos completamente dormidos.

17:20 p.m.

Desperté al escuchar que golpeaban la puerta.

Louis— ¿Que?.— Dije con voz adormilada y los ojos entreabiertos. Harry aún estaba abrazado a mi, completamente dormido. La  puerta se abrió dejando ver a Daisy.

Daisy— Lou, mamá dice que bajen.—

Louis— Ya vamos.— Asintió y cerró la puerta, yéndose.

Comencé a dejar besos por la cara de Harry para intentar despertarlo.

Harry— ¿Lou?.— 

Louis— Hazz, debemos bajar, bebé.— 

Harry— Soy el bello durmiente, debes darme un beso para que me levante.— Reí suavemente y presioné cortamente nuestros labios.

Louis— Vamos, bebé.— Abrió sus ojitos, mientras soltaba quejidos.

Nos levantamos de la cama para ponernos nuestros zapatos; Harry estaba hermoso, una falda negra pegada a sus piernas, que llegaba por mitad de sus muslos, medias de red, un buso negro que casi tapaba la falda y converse negras. Y yo con un simple jean negro, camiseta sin mangas gris y vans blancas. 

Caminé hasta quedar frente a Harry y mirarlo directamente a los ojos, admirando esos hermosos ojos verdes que amaba ver y perderme en ellos. Nunca me cansaría de verlos, ese brillo que solo Harry tenía, esa mirada profunda que parece que ve tu alma. Simplemente amo sus ojos y a él completamente.

Louis— Hola, mi bello durmiente.— 

Harry— Hola, mi príncipe.— Sonreí tontamente. 

Louis— Mierda, Hazz. Me tienes imbécil.— Apoyé mi cabeza en su hombro.

Harry— ¿No lo eras?.— Rió y le di una suave nalgada. — ¡Hey!.— Dijo golpeando mi trasero también, comenzando una pelea de manotazos, sin llegar a lastimarnos, obviamente. Seguimos golpeándonos suavemente entre risas, hasta que abrieron la puerta, esta vez era mi madre.

Jay— Chicos, no jueguen de mano.— Paramos al instante, mirándola.

Louis y Harry— Si Jay.— Dijimos al unísono, como si fuéramos niños siendo regañados.